Margarita, de Rubén Darío, era el poema favorito de Fátima Varinia Quintana Gutiérrez, una niña de 12 años que disfrutaba cuando su madre se lo recitaba. Fátima fue violada, apuñalada y lapidada por tres hombres en Lerma, Estado de México.
El jueves 5 de febrero de 2015, Fátima se levantó temprano para ir a la escuela; al llegar la tarde, ya no apareció. Sus hermanos y vecinos de La Lupita Casas Viejas salieron a buscarla porque se “había perdido”.
Con los ojos cerrados y la voz cortada, Lorena Gutiérrez recuerda el momento en el que sintió que Fátima le dijo: “Mamita, ya no estoy”.
Sandy, amiga y compañera de Tatis fue la última persona que la vio con vida y quien encaró a los asesinos. Ellos negaban haberla visto una y otra vez.
Luis Ángel y Misael Atayde Reyes, vecinos de toda la vida de Fátima, así como un “tercer sujeto”, huyeron cuando la familia de la menor ingresó a su domicilio y hallaron ropa y sangre.
El cuerpo de la pequeña se encontró bajo ramas, lodo, tierra y una llanta. Luis Ángel fue sentenciado a 73 años ocho meses de prisión. Misael, por ser menor de edad, sale de prisión este año.
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Por Paola Sánchez Castro
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