En conferencia, el subsecretario Hugo López-Gatell dijo que las pruebas antigénicas pueden ser una herramienta útil para dar seguimiento y vigilar el comportamiento de la epidemia.
Sin embargo precisó que todavía no hay pruebas de este tipo ni registros sanitarios en el país y habrá que esperar a una serie de evaluaciones técnicas que realiza el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE).
"Entre hoy y mañana el InDRE tendrá un informe técnico sobre el desempeño diagnóstico de las pruebas rápidas antigénicas para que en su momento los fabricantes o representantes legales de estas pruebas soliciten la autorización sanitaria de COFEPRIS", añadió López-Gatell.
Aclaró que las pruebas rápidas de antígeno son distintas a las pruebas que convencionalmente se conocen como rápidas.
La diferencia es que las que se conocen comúnmente como pruebas rápidas dependen de una muestra de sangre, miden los anticuerpos que el cuerpo pudo generar por una infección previa de COVID-19 pero son de baja sensibilidad y especificidad.
Además se recomienda usarlas 10 días después del inicio de síntomas
En cambio, las pruebas rápidas de antígeno se basan en la muestra que se toma de un exudado nasofaríngeo, similar a lo que se hace con las pruebas PCR, que son las más precisas.
Sin embargo, su mecanismo de diagnóstico funciona a partir de la detección de proteínas del coronavirus SARS-COV-2.
Se recomienda hacer la prueba de antígeno entre uno y siete días después del inicio de síntomas. En cuanto a su sensibilidad, López-Gatell anticipó que puede ser de media a alta y su especificidad es alta.
Los estudios del InDRE sobre estas pruebas también serán clave para que el gobierno acepte la donación de 300 mil reactivos que ofreció la OMS.
Por: Gerardo Suárez