TALA DE ÁRBOLES

Proponen endurecer penas para combatir la tala en la CDMX

Esperanza Villalobos precisó que cuando una o más de las conductas descritas se desarrollen en zonas protegidas se duplicará la sanción

NACIONAL

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Tala de árboles en la CDMX.Foto: Especial / CUARTOSCURO

Hasta 12 años de prisión y 10 mil días de multa, proponen imponer para quienes cometan el delito de tala inmoderada, derribe, destruya parcial, totalmente o cause la muerte de uno o más árboles en la Ciudad de México.

Se trata de una iniciativa que impulsa la diputada local de Morena, Esperanza Villalobos para reformar el artículo 345 BIS del Código Penal local, en materia de delitos ambientales en el que actualmente la pena es de tres meses a cinco años de prisión y de 500 a dos mil días multa.

La legisladora precisó que cuando una o más de las conductas descritas se desarrollen en zonas protegidas o sea de manera reiterada, se duplicarían las sanciones.

Primeros lugares en tasas de deforestación

En la argumentación, la parlamentaria indicó que México ocupa uno de los primeros lugares en tasas de deforestación en el mundo, y de acuerdo con datos recopilados por la Cámara de Diputados, se estima que a nivel nacional alcanzan hasta 1.98 millones de hectáreas por año.  

“En el caso de la Ciudad de México la deforestación es un gran problema, sobre todo en las alcaldías de Milpa Alta y Tlalpan, donde se ha tenido presencia de la Guardia Nacional para frenar este tipo de delitos. Los bosques más afectados son en el cerro del Ajusco en la alcaldía Tlalpan y el pueblo de Santa Ana Tlacotenco, en Milpa Alta”, precisó.

Comentó que quienes cometen este tipo de delitos actualmente no le dan la importancia debida porque pueden salir bajo fianza y las penas son poco severas. “Al ser las sanciones tan bajas éstas no representan un problema a la delincuencia, sobre todo a quienes ven este ilícito como un modo de vida”.

La iniciativa de reformas al Código Penal fue turnada a la Comisión de Administración y Procuración de Justicia para su análisis.

 

Por: Jorge Almaquio