El uso excesivo de redes sociales y aparatos tecnológicos está trastornando la vida e higiene de sueño de niños, adolescentes y adultos. Se trata de una adicción que se recrudece durante el confinamiento y la emergencia sanitaria, que genera alteraciones en las relaciones interpersonales e inhibe la capacidad para absorber conocimientos en las clases virtuales.
El investigador educativo Anuar Reza Olvera, en entrevista con El Heraldo de México advierte que el nivel de ansiedad que están padeciendo las personas no solo es culpa de la pandemia mundial COVID-19.
“Una serie de neurotransmisores como la endorfina, la dopamina particularmente, pero también la oxitocina, en el uso de redes sociales constante llega a generar una adicción fisiológica, 2.5 veces más potente que el consumo de una línea de cocaína.
Tu cuerpo se vuelve dependiente a la generación de estos neurotransmisores. Se calcula que una persona adulta revisa sus redes sociales en promedio entre 150 y 200 veces al día. Hay personas que no lo revisan nunca, pero hay otras que lo revisan más de mil”.
El cuerpo se vuelve dependiente de estar revisando las redes sociales y obtiene satisfactores artificiales con cada ‘like’ en las publicaciones en Internet y redes sociales.
“Las redes sociales tienen una serie componentes perfectamente pensados para explotar la naturaleza humana, particularmente en cómo funciona el sistema nervioso. Está comprobado que el ‘like’, el circulito rojo que aparece en las redes sociales, la vibración, la lucecita del teléfono generan en nuestro sistema la misma reacción que un grito de auxilio.
Nuestro cuerpo procesa este tipo de estímulos a través de la liberación de neurotransmisores que nos ponen en estado de alerta, para tener todos nuestros sentidos y músculos dispuestos a sobrevivir”.
El especialista en Calidad e Innovación Educativa y miembro de Grupo Capita explica que las familias deberían contar también con sus propios botones de emergencia para romper cadenas de comportamientos destructivos ocasionados por el abuso de la tecnología. Reza Olvera le llama el ‘antídoto TNT’.
“Es TNT, una medida consciente para contrarrestar la adicción a las redes sociales y las reacciones en nuestro cuerpo. No es otra cosa que ‘Tiempo de No Tecnología’. Asignar unos minutos al día en el que decidamos conscientemente de forma individual, en pareja o en familia no tener contacto con los dispositivos tecnológicos para desintoxicar el cuerpo o ayudarlo a liberarse de la segregación de estos neurotransmisores.
No es algo abstracto, conceptual, es físico y químico, pero si no se le presta atención a la desintoxicación, higiene de sueño, ejercicio, alimentación nutricional, tiempo de meditación e interacción social de calidad no se tiende más que a preservar niveles químicos inadecuados que derivan en ansiedad crónica, depresión y neurosis, cuyo resultado son situaciones adversas en la salud y en las relaciones sociales”.