El que le hayan castigado el celular como castigo, además de otras depresiones que ya sufría, orilló a un niño de 13 años a quitarse la vida en Nuevo Progreso, del municipio Río Bravo en el estado de Tamaulipas.
La familia del menor llegó en un auto a Protección Civil, para pedir ayuda. En ese momento, el niño ya no tenía signos de vida por lo que llamaron a los agentes de la Policía Investigadora para que atendieran el caso.
La madre del menor explicó a las autoridades que la probable causa de su decisión fue porque le quitó el teléfono celular, la tarde de ese día.

El menor aseguró que se iba a suicidar
Luego de la discusión con su madre, el menor le aseguró que se quitaría la vida y después se retiró. Lógicamente nadie pensó que iba a cumplir con su sentencia.
Por la noche, la familia notó su ausencia y se preocuparon, por eso fueron a buscarlo y lo encontraron colgado cerca de la casa.
Los restos fueron llevados al SEMEFO para practicar la autopsia de ley y confirmar que su muerte fue causada por él mismo.