En su casa en la colonia Del Valle, Rosa Icela Rodríguez tiene una colección de fotos familiares y personales.
Destacan dos en blanco y negro. Va caminando en una carretera flanqueada por Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas.
Tenía 32 años y era reportera cubriendo el Éxodo por la Democracia (1991), que partió de Tabasco con 150 personas y llegó a la capital con más de 5 mil, para denunciar fraude electoral.
Convaleciente de Covid-19
Hoy, 29 años después, Rodríguez está convaleciente de COVID-19; pero con la fuerza para haberse despertado este viernes y ver la conferencia matutina del presidente López Obrador.
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De pronto, cuando hablaba de la renuncia de Alfonso Durazo como titular de la seguridad nacional, Rodríguez escuchó su nombre.
“Y de una vez, porque ni ella lo sabe, va a ser una mujer… va a ser Rosa Icela Rodríguez la próxima secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana”, dijo el Presidente.
Enseguida llovieron las felicitaciones en redes sociales y el teléfono no dejó de sonar.
Origen Huasteco
También será la Coordinadora del Gabinete de Seguridad nacional, una labor que ya hizo en la Ciudad de México, todos los días a primera hora cuando López Obrador gobernaba la ciudad y lo mismo con Marcelo Ebrard.
Y por eso, hoy su hoja de vida vuelve a tomar relevancia. De origen huasteco, nació en Xilitla, San Luis Potosí, en 1959, pero su familia se radicó en Ciudad Valles.
Rodríguez iba a la primaria indígena con huaraches de hule. Sólo había una maestra (su madre) para los seis grados escolares. Se bañaba en el río y brincaba la cuerda de bejucos.
Al tiempo migró a la ciudad y con dos hijos logró cursar la carrera de Periodismo en la Escuela Carlos Septién García, con beca completa.
Formación reportera
Conoció al periodista Alberto Barranco, de quien se hizo su aprendiz, pasó por Televisa Radio y La Afición, donde tuvo su primera plaza formal como reportera, gracias a su mentor Franco Carreño García.
Luego aplicó al diario La Jornada, que precisamente le permitió conocer a López Obrador y Cárdenas.
Sin militar en ningún partido, siempre manifestó ser simpatizante del proyecto de López Obrador.
Primero fue coordinadora general de Comunicación Social en la Asamblea Legislativa, I Legislatura.
Y así, en los últimos 23 años, Rodríguez ha estado en altos cargos con cuatro jefes de Gobierno. Tuvo voz en los gabinetes de seguridad en tres sexenios, donde se forjó en las tareas de participación ciudadana, concertación política y claves policiacas.
Contra la delincuencia
Ahí aprendió, como lo ha dicho, que el crimen es una “bomba de tiempo social que debe ser desactivada cada día”.
Cuando López Obrador gobernó la ciudad, Rodríguez fue articuladora de las 70 coordinaciones territoriales de seguridad para planear las acciones contra la actividad delictiva.
En cada coordinación había una mujer, representante del jefe de Gobierno. Eran conocidas como Las Comandantas, pues llevaban la mesa de trabajo y acciones contra el delito, pero la correcta aplicación de los programas sociales.
En 2001, Rodríguez, además de ser titular de concertación política y Atención Social, fue la primera comandanta en la zona de Morelos-Tepito, que vio una disminución de los delitos de alto impacto. Lo mismo que en las colonias Doctores, Buenos Aires y Obrera.
Pensión universal
En el gobierno de Marcelo Ebrard, coordinó el gabinete de seguridad y después el Instituto de los Adultos Mayores, donde vinculó la procuración de justicia con la pensión universal.
Con Miguel Ángel Mancera fue secretaria de Desarrollo Social y titular de Desarrollo Rural. Al final se sumó a la campaña de la actual jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Con la llegada de López Obrador a la Presidencia, se retomó parte del modelo de las coordinaciones territoriales capitalinas para el país, y que serán 266 con la participación de la Guardia Nacional.
Ahora, de nueva cuenta, Rodríguez deberá observar cómo funciona esa estrategia.
Antes, López Obrador ya la había sacado de Secretaria de Gobierno local para ser Coordinadora General de Puertos y Marina Mercante.
Por Manuel Durán