Aunque gran parte de la población espera la vacuna contra la COVID-19 para regresar a la normalidad, hay grupos antivacunas que aún se mantienen escépticos a este tipo de inmunizantes e incluso se han mostrado en contra de la aplicación en el caso de la influenza.
“Los gobiernos se han aprovechado de la pandemia para generar un gran pánico con otras enfermedades, como la influenza, la gripe y el sarampión. Vacunarse debe de ser una decisión propia, se deben respetar las libertades de cada ser humano. Yo decido no vacunarme y tampoco exponer a mis hijos a todo el mercurio y venenos que tienen las inyecciones”, señaló Luz, un participante a activa de los grupos antivacunas.
Te podría interesar
En contraste, Mariana del Rocío, una enfermera que forma parte de la campaña de vacunación de casa por casa del IMSS, dijo que este tipo de opiniones afecta a toda la sociedad, en especial en la emergencia sanitaria, pues si bien no existen antivirales ni vacuna para la COVID-19, si las hay para prevenir la influenza, pero ningún virus desaparece si hay agentes portadores.
“Las vacunas fueron creadas para atender problemas de salud, es grave y muy egoísta no aplicarse una dosis porque no sólo nos ponemos a nosotros en riesgo, sino a todo aquel que convive con nosotros. La prueba de ello se ve con el coronavirus”, mencionó.
Tan sólo el año pasado, la Secretaría de Salud federal reportó 730 muertes por influenza, principalmente en CDMX, Veracruz y Sonora; además de nueve mil 135 casos, y aunque en esta temporada aún no se han registrado defunciones, Mario Rodríguez, químico farmacobiólogo, concordó en que el no ponerse una vacuna es una falta de responsabilidad ante el problema que se atraviesa por la pandemia.
Lo anterior debido a que plataformas como Facebook y Twitter anunciaron que bloquearían comentarios contra las vacunas, pero las publicaciones continúan.
Por Frida Valencia