En esta emisión de Puro Barrio, la conductora Fernanda Tapia se dio a la tarea de visitar uno de los lugares del Centro Histórico que lleva por nombre Comedor San Vicente, razón por la que algunas personas han acudido, debido al desempleo que ocasionó la pandemia por Covid-19, entre otros motivos que dan esperanza para continuar el camino, mismo que se ubica en la calle de Perú en la Ciudad de México.

Con los años, este comedor había sido trasladado a la Plaza de  la Concepción No. 20 donde a cargo del Padre Segura, misionero vicentino, se continuó con el legado de regalar la comida a la población migrante del campo a la ciudad, y de personas que buscaban mejores posibilidades de vida en la capital.

El servicio de comedor comunitario dirige su atención con problemas de adicción, alcoholismo, drogadicción, indigencia y personas con VIH, al igual que personas de la tercera edad en estado de situación de abandono. Ahora, se prepara poco más de 300 servicios diariamente para aquellos que más lo necesitan.

¿Cómo nace la comunidad?

El hermano Carlos Marcelino, misionero de San vicente, reveló la historia de este Santo, quien no es alguien de milagros sino de acciones, en el que lo primero que lo mueve es ver la necesidad para poder ayudar. En el Siglo XVI, organizaron a las mujeres de la caridad y se convirtieron en voluntarias vicentinas porque las mujeres eran muy trabajadoras.

Los voluntarios señalan que llegan alrededor de las 7:00 de la mañana para preparar los alimentos y de 12 del mediodía a 13:30 de la tarde, se hace la entrega de los paquetes para que las personas acudan al lugar por ellos.

"Nos faltan muchas manos aqui en el comedor comunitario y gente que se comprometa", dijo una voluntaria.

¿Quieres conocer más sobre cómo realizan esta ardua labor todos los hermanos, hermanas y voluntarios de la congregación?

Revive la entrevista con ¡PURO BARRIO!