Este pueblo despidió ayer a su alcalde, Félix Alberto Linares González, luego de que el sábado muriera en un percance aéreo en el estado de Morelos. Entre canciones, tumultos de dolientes y flores, se dio el último adiós al edil que, como pocos, marchó al lado de su gente, ya fuera para sacarlos de la tragedia en los sismos de 2017 o defender su patrimonio forestal de las mafias de taladores.
Las exequias se convirtieron así en una larga jornada de duelo que llevó al pueblo hasta el camposanto, donde fue despedido en un homenaje multitudinario.
El tributo al edil perredista, que apenas en 2018 había logrado una hazaña para el PRD mexiquense —conseguir una reelección—, comenzó con un homenaje de cuerpo presente en la plaza principal del pueblo, donde cientos de personas acudieron desde muy temprano, lo mismo chicos, que grandes; mujeres de todas las edades, campesinos y empresarios, para acompañarlo y recordarlo.
Tras la ceremonia de cuerpo presente en la explanada abarrotada de ocuilenses de toda la comarca, el féretro del alcalde fue acompañado, a pie y sobre multitud de hombros, hasta el cementerio de la población rural, con comitivas detrás de él cantando vivas, cargando flores y llorando.
Al paso, los pésames por su sorpresiva muerte no se limitaron a sus familiares más cercanos; los ocuilenses se abrazaban entre la multitud, lamentando unos y otros su partida.
El ataúd atravesó largas filas de gente llevando cirios, lanzando porras y cantando o llorando, mientras que otros le lanzaban pétalos de flores blancas.
Su esposa e hijos, así como colaboradores cercanos, encabezaron la ceremonia en la plaza y luego la última antes de sepultarlo. Sus 11 colaboradores e integrantes del cabildo pasaron lista uno a uno para despedirlo y dar cuenta de que estaban con él; empleados del ayuntamiento de todos los niveles también estaban ahí. Nadie escondía su dolor por la partida del doctor.
Martha Isela González Quintero, la periodista y esposa de Felix Alberto Linares, se quebró abrazando el féretro, al filo de la fosa donde sería sepultado minutos después.
Ahí también estaban niños y mujeres pobres, a los que no desamparó cuando en septiembre de 2017 lo perdieron todo y él salió a dar la pelea hasta Toluca para exigir materiales y alimentos frente a aquella tragedia que barrió más de la mitad de Ocuilan. O como cuando apenas en meses recientes salió a denunciar a los cárteles que saquean los bosques y exigir vigilancia.
En ésa, una de sus últimas luchas, organizó cadenas solidarias en torno a los bosques de Ocuilan, lo que le provocó al menos un atentado hasta el último trimestre de 2019, del que salió con vida.
MÉDICO DE SU GENTE
- Antes de ser gobernante, era doctor del pueblo, lo que le ayudó a ser candidato.
- La gente prefería verlo, pese a tener centro de salud; donó su consultorio y hoy es una clínica.
- Los aviones eran su pasión. En su despacho tenía modelos a escala y de control remoto.

POR MA. TERESA MONTAÑO
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