Más de 90 por ciento de los residuos peligrosos que se generan en México tienen un manejo inadecuado, lo que genera daños directos al ambiente y riesgos para la salud de la población.
De acuerdo con un estudio de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, se calcula que en México se originan 7.5 millones de toneladas al año de este tipo de materiales, aunadas a 123 millones de toneladas de residuos mineros, 30 millones de la industria química y 12 millones de agroquímicos, aproximadamente 165 millones de toneladas adicionales de sustancias que no se consideran como peligrosas.
“Este tipo de residuos produce una serie de sustancias químicas que, cuando hay lluvias, forman los lixiviados, residuos líquidos que trae el agua de las precipitaciones, la cual acarrea y transporta las sustancias químicas que se forman, al interior de un basurero, lo que se traslada a los mantos acuíferos y puede llegar a ser dañino para la salud”, destacó Fernando Díaz, coordinador del laboratorio de toxicología ambiental de la casa de estudios.
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La formación de residuos peligrosos se centra en las zonas industriales del país y hasta 2017 había 93 mil 355 empresas generadoras de este tipo de desechos, de las cuales la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) concentró 15.6 por ciento, seguida de Jalisco, con 9.7 por ciento; Baja California, 6.3 por ciento, y el Estado de México, con 5.5 por ciento.
Sin embargo, operan más compañías que no están registradas por el gobierno federal y que también desechan este tipo de materiales como si fuera basura normal, no dañina.
“El principal problema que se tiene es que no hay un control sobre el mantenimiento de estos establecimientos y, al no haber un control, se crean riesgos innecesarios”, expuso el experto.
La única solución, insistió el especialista universitario, es que las autoridades mantengan su responsabilidad de cuidar el ambiente a través del control de las sustancias tóxicas, lo que involucra también a las empresas, que deben ceñirse a las normas para el cuidado del medio ambiente.
POR FRIDA VALENCIA
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