Frente a la creciente inseguridad y en protesta por presuntas irregularidades en la administración, pobladores del municipio de Amozoc, ubicado en la llamada zona del Triángulo Rojo del huachicol, estallaron en ira, quemaron tres vehículos oficiales —incluida una patrulla—, causaron destrozos en el palacio municipal y más tarde lo cerraron con soldadura, en reclamo de la renuncia del alcalde morenista Mario de la Rosa Romero.
El conflicto comenzó por la mañana de este jueves, cuando integrantes de una agrupación de pipas se quejaron de ser víctimas de abusos de parte de inspectores municipales. A la protesta se sumaron habitantes inconformes con la actuación de la autoridad municipal en el aspecto de la seguridad, pues indicaron que se han disparado los ilícitos.
Los quejosos apedrearon y vandalizaron las instalaciones de la alcaldía, pese a que en el interior se encontraba el personal de la comuna.
Al ver que no recibían respuesta a sus demandas, quemaron tres vehículos: dos de la presidencia municipal y uno de la Policía Municipal.
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Ante estos hechos, elementos de la Guardia Nacional y del Ejército llegaron para sacar al presidente municipal de las instalaciones, ante las amenazas y protestas violentas de los pobladores.
Personal de Comunicación Social del municipio indicó que la situación estaba en calma hasta el cierre de esta edición.
Previamente, los vecinos de Amozoc bloquearon con pipas de agua, taxis y camiones la carretera federal Puebla-Tehuacán y la Acajete-Oriental, para exigir que el alcalde sea destituido debido a la que calificaron como mala utilización del dinero del pueblo.
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Aseguran que el edil ha caído en actos de nepotismo, de propiciar el alza de los delitos y el libre paso a delincuentes, debido a sus pocas acciones como presidente municipal y a las “débiles” sanciones en contra de los criminales.
El 3 de diciembre, 20 elementos de la Policía Municipal hicieron un paro de labores debido a que no habían recibido el pago de sus quincenas y aguinaldo, por lo que intervino el gobierno del estado.
Las demandas de los pobladores, sin embargo, datan de varios años, aunque ésta es la primera vez que su inconformidad se expresa de esta manera.
POR CLAUDIA ESPINOZA
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