A un año, huachicol persiste, ordeñan Tlahuelilpan

El municipio donde habitantes murieron al robar gasolina está entre los 10 con más tomas clandestinas del país

A un año del estallido en Tlahuelilpan, en el lugar donde los cuerpos quedaron tendidos y las familias –tras romper el cerco militar– comenzaron a reconocer a los suyos, entre el olor a carne quemada y gasolina, hay altares a la memoria de los difuntos; también sepulcros vacíos de quienes no se hallaron restos. Ciento treinta y siete personas murieron cuando el componente MTB (aditivo de la gasolina) estalló y la lumbre corrió por la toma ilegal. La tragedia enlutó al municipio semanas, pero el huachicol siguió: en las horas postreras el precio de la gasolina robada incrementó ahí de 10 hasta los 17 pesos, indicaron habitantes. Después, Tlahuelilpan se convirtió en uno de los 10 municipios más ordeñados del país y sitio de operación de grupos presuntamente vinculados con cárteles del narcotráfico. [nota_relacionada id=822694] De acuerdo con informes obtenidos por El Heraldo de México vía transparencia, de enero a septiembre de 2019 fueron detectados 611 tomas clandestinas en este municipio. La información de Petróleos Mexicanos (Pemex) disponible señala que en enero ubicaron 17 tomas, en febrero hallaron 20, para marzo contabilizaron 40 y durante abril sumaron 15. En el terreno hay cruces. Debajo de ellas, las familias enterraron la ropa carbonizada y objetos que hallaron después de que los peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) abandonaran el sitio, al día siguiente. También hay cuatro piezas óseas que ellos localizaron. Construyeron, además, capillas. Las que no están en obra negra tienen fotografías y recuerdos de las víctimas. Ahí, cada mes se congregan a rezar por el descanso eterno de sus muertos. Y el sábado van a sumar un año. Donde la tragedia dejó 194 huérfanos es uno de los 26 municipios hidalguenses en pugna por rutas para el trasiego de gasolina y la perforación de 101 kilómetros del ducto Tuxpan-Tula, 17 del Tuxpan-Azcapotzalco y 80 del Tula-Salamanca, que dejaron tres mil 493 tomas clandestinas hasta octubre de 2019, de acuerdo con el informe de Petróleos Mexicanos (Pemex). En esta zona de Hidalgo, al día son 57 ordeñas; es decir, cada dos horas con 38 minutos se perfora alguna válvula para robar crudo, lo que sitúa a la demarcación como la más vulnerable en México en este delito, con más del doble que el Estado de México y Puebla, que registraron mil 543 y mil 516 tomas en el mismo periodo.

NINGÚN DETENIDO

Pese a la catástrofe, en 2019, Hidalgo superó su propio récord de ductos drenados en un año, que correspondía a las dos mil 121 que había registrado en 2018. No obstante, sólo 12 personas fueron detenidas por su posible responsabilidad en este delito: nueve en Tulancingo y tres en Tula. Ninguna persona ha sido aprehendida en Tlahuelilpan, que está después de Tula, Cuautepec, Atotonilco de Tula, Tetepango y Ajacuba, los municipios más vulnerados por el huachicol en Hidalgo. Además, en el top nacional sólo están estos junto con Otumba y Acolman, Estado de México, además de Matamoros y Altamira, Tamaulipas. Tras la explosión del ducto en la localidad de San Primitivo, el caso “más doloroso” de su gobierno, como lo definió el presidente Andrés Manuel López Obrador, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) atribuyó el saqueo, comercio y distribución de combustóleo en Hidalgo a siete bandas. Sin embrago, ni las detenciones ni los abatimientos de quienes fueron presentados como los cabecillas del huachicol cesaron el robo de crudo. Los Cholos, Los Americanos o El América, El Michoacano, El Talachas, Los Poblanos, Los Capulines y El Tito son grupos y delincuentes que están posiblemente vinculadas con los cárteles Jalisco Nueva Generación y Santa Rosa de Lima, de acuerdo con informes de inteligencia federal que también presumen la operación de Los Zetas Vieja Escuela. De los líderes, El Talachas fue asesinado el 18 de mayo en su vivienda, en Santa Ana Ahuehuepan, en Tula, donde, de acuerdo con el Ejército Mexicano, tenía su centro de operaciones. Después, el 28 de abril, El Tito, fue ultimado en un camino de terracería hacia la comunidad de El Mandhó, en Ixmiquilpan. No obstante, estos operativos y los decesos, el robo de combustible continuó. Incluso, cuando más subió la ordeña en Hidalgo fue después de la tragedia: en enero, 508 tomas, más 486 de febrero y 544 en marzo. Sólo ese trimestre superaba las mil 58 contabilizadas en todo 2017, y siguió. Aunque en los meses subsecuentes hubo un decremento en perforaciones, se mantuvo como el territorio más vulnerable al huachicol. Actualmente, de cada 10 piquetes a ductos para extraer gasolina que Pemex detecta en el país, tres ocurren en esta entidad. Por: Áxel Chávez / corresponsal IMU
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