Cada vez más hombres originarios de Bangladesh e India, que huyen de la violencia provocada por las ideologías políticas, llegan a Tapachula, Chiapas.
Aunque dicen desconocer los acuerdos entre México y Estados Unidos, aseguran que "no hay lugar para volver" a sus naciones y buscarán con paciencia llegar a su objetivo.
El bangladesí Yassin, de 27 años de edad, reunió cerca de 15 mil dólares para realizar la travesía. Vendió su casa y sus familiares aportaron otra parte de los recursos para así poder migrar a Estados Unidos.
"El partido Liga Awami de Bangladés, que ahora está en el poder, no nos permite vivir ahí. Nos dicen que nos matarán si no nos unimos a ellos", narró a El Heraldo de México.
Viajó por casi dos días en avión de Dhaka, Bangladesh, a Londres y luego a Brasil. De Brasil hacia Guatemala caminaron por más de dos meses. Cruzó a México de manera irregular por el río Suchiate y por ello, el Instituto Nacional de Migración (INM) podría deportarlo en menos de un mes.
En Tapachula, se alojan en hoteles del centro donde pagan 100 pesos mexicanos diarios. Por la noche, en el parque Miguel Hidalgo, se reúnen para conversar, llamar a sus familiares o caminar un rato.
Yassin viaja solo, su celular es su mejor posesión, algunas noches es la única vía para conectarse con su familia, que se encuentra a casi 16 mil kilómetros de distancia. No habla español y conoce muy pocas palabras en inglés. Gracias a una app traduce el bengalí, su idioma, para comunicarse.
Son 400 aproximadamente. Visten con sandalias, ropa ligera y algunos usan turbante. No todos se conocen.
Como una gran familia, caminan tres veces a la semana 1.7 kilómetros del centro a la estación migratoria Siglo XXI para solicitar o continuar el trámite, pero al igual que los haitianos y africanos, no han obtenido respuesta.
Muy cerca de los hoteles, dos cocinas económicas les ofrecen platillos que los hacen extrañar menos su hogar, por 50 pesos mexicanos: “pollo, arroz, verduras o ganso”.
No permiten que les hagan fotos, temen que los opositores los reconozcan. “Hemos estado algún tiempo aquí y el dinero se nos acabará en algún momento, tendremos que trabajar. Pero no hay marcha atrás”.
Coinciden en la idea de quedarse en México si EU les cierra la frontera.
POR JENY PASCACIO/CORRESPONSAL
Bangladesh en Chiapas
