Terroristas y narcos, sus vecinos

ESTARÁ PRESO DE POR VIDA EN UNA CELDA DE 3.6 por 2.1 metros

Joaquín El Chapo Guzmán fue sentenciado a cadena perpetua, más 50 años, por lo que pasará el resto de su vida en prisión. Ésta es una de las sentencias más duras que ha emitido la autoridad judicial estadounidense. “Es lo más inhumano que he pasado en mi vida”, dijo el capo, antes de que le fuera dictada su sentencia y se quejara por su encarcelamiento en la prisión de máxima seguridad de Manhattan, donde permanecía en una celda las 24 horas. “Ha sido una tortura emocional, psicológica y mental”, reiteró el narcotraficante. El Chapo Guzmán habló ante el tribunal para decir que en el juicio se le violaron sus derechos. “No hubo justicia”, dijo. Aunque aún puede apelar la resolución judicial, El Chapo permanecerá en la cárcel federal ADX Florence, en Colorado, considerada la más segura de Estados Unidos y conocida como el Alcatraz de las Rocosas. El capo mexicano está destinado a convivir con terroristas y otros narcotraficantes. Por ejemplo, compartirá espacio con Dzhojar Tsárnayev, sentenciado a muerte por el atentado en el Maratón de Boston, en 2013, además de Zacarias Moussaoui, miembro de Al Qaeda y quien tuvo un papel clave en los atentados a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, en Nueva York. También cohabitará con uno de sus rivales en México: Osiel Cárdenas Guillén, otrora líder del Cártel del Golfo, sentenciado a 25 años de prisión. Fueron cinco meses de espera para el capo, desde que en febrero lo declararan culpable por 10 cargos, entre ellos, traficar mil 213 toneladas de droga en 25 años, así como mil 44 toneladas de base de cocaína y 50 toneladas de mariguana. Tendrá restricciones extremas: la celda en la que pasará el resto de sus días es de 3.6 metros de largo por 2.1 metros de ancho y tiene una pequeña ventana. En ella estará 23 horas y sólo tendrá una hora para salir a tomar aire y ver la luz del día. Para el experto en temas de seguridad, José Antonio Newman, la condena a El Chapo envía un mensaje a otros capos de que no pueden meterse con Estados Unidos y a las autoridades mexicanas de que en aquel país tuvieron la capacidad para condenarlo. “El mensaje para las autoridades mexicanas es: ‘Aquí sí podemos con este tipo de personas, allá se te escapan dos veces, aquí sí lo sancionamos’”, señaló. Dijo que los cargos a Guzmán Loera exceden lo común de la comisión de delitos, por lo que era previsible la condena. Raúl Benítez Manaut, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM, coincidió en que la sentencia es un llamado a México para extraditar a otros capos. “Es un mensaje a los grandes jefes del narco en México y a las autoridades mexicanas”, dijo. POR DIANA MARTÍNEZ
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