Protestas arruinan el festejo

La última celebración se vivió con tristeza; "antes venía el presidente", dicen

Un agente mira en su celular uno de los videos de la conmemoración del Día del Policía Federal del año pasado. Está sentado en las gradas del campo deportivo del Centro de Mando Iztapalapa, donde cada año se hacía una celebración en grande con desfile, maniobras de helicópteros y la presencia del presidente en turno. Ayer no hubo nada de eso. La última celebración por el 91 aniversario de la Policía Federal debió hacerse el 13 de julio pero se pospuso para este lunes. El cambio de fecha provocó que hubiera pocos asistentes y ni así se salvó de ser empañado por las protestas de los policías que demandan una indemnización, inconformes por la transición de la PF a la Guardia Nacional. "¡No va a haber celebración porque hoy no se celebra nada!", gritaba Adrián López, uno de los voceros de los inconformes, quienes se negaban a desocupar la plaza del edificio de gobierno, donde ya se habían formado policías y vehículos para hacer una ceremonia a las 9:00 horas. La protesta provocó que cientos de policías que sí querían festejo se retiraran. Integrantes del agrupamiento Fuerzas Especiales se movieron a un campo junto al helipuerto, donde se intentó retomar la ceremonia, pero hasta allá llegaron los 250 inconformes a seguir la protesta. Ahí, el mariachi de la Policía Federal empezó a tocar Negrita de mis pesares, mientras los inconformes gritaban “¡Policía agachado, jamás será escuchado!”. Otra vez los policías de Fuerzas Especiales se retiraron, mientras el jefe de la División de Seguridad Regional, Ángel González, precisó que no habrá mesas de diálogo. La semana pasada, otro grupo de policías inconformes y autoridades acordaron que no habrá liquidaciones porque no se ha despedido a nadie y se han brindado alternativas. Mario Alberto, otro de los inconformes, reclamaba que no siguiera el mariachi con el alegato de respetar el luto de un compañero recién fallecido. Entre gritos, los agentes que sí asistieron al festejo intentaban enfocarse en su familia y en disfrutar los tacos de canasta, frituras y refrescos, así como llevar a sus pequeños a los juegos inflables o a montar un caballo de la corporación. “Se oyen más protestas que otra cosa”, comentaba una visitante. Una agente de la PF recordaba: “Esto era muy bonito, venía mucha gente y asistía el Presidente”. No puede evitar sentirse agraviada de que después de tantos años de labor, el presidente López Obrador tachara a la PF de corrupta. Otra oficial se entristece de que así acabe la celebración. “Prácticamente este fue el último festejo, dieron 18 meses para desaparecer a la Policía Federal, pero así como veo, será antes”, lamenta. POR GERARDO SUÁREZ
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