El Zócalo de la Ciudad de México está casi listo para la celebración que el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezará este lunes 1 de julio, a un año de la elección que le dio el triunfo en las urnas.
Frente a la Catedral Metropolitana se trabaja a marchas forzadas para instalar un templete de grandes dimensiones flanqueado por dos pantallas enormes, rodeado de luces y equipo de sonido.
En la parte central del templete se ha colocado un camino de vallas metálicas que llega hasta el asta bandera, que forma parte de una especie de cruz, por donde pasarán los invitados especiales.
Uno de los caminos que se ha conformado con las vallas da al templete, el otro a la avenida 20 de Noviembre, uno más a un costado de la calle Madero y el cuarto a Palacio Nacional.
Como cada domingo miles de familias acudieron a la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, donde permanece el kiosco que colocó el gobierno local como parte del escenario que recuerda cómo era el lugar.
En ese espacio estudiantinas deleitan a cientos de personas con su música, ataviadas con su clásico vestuario con capas negras, mangas aglobadas y listones de colores.
Muchos todavía pueden pasar por el centro de la plancha y disfrutan el espacio en medio del trajín de decenas de trabajadores, que incluso con montacargas trasladan las vallas y materiales para la escenografía de mañana.
Cuatro estructuras, dos a cada costado del asta bandera monumental ubicada en el centro de la Plaza de la Constitución, están listas para que se coloque el equipo de sonido que por el momento permanece en la parte inferior.
Al lado de la entrada principal de Palacio Nacional sigue una casa de campaña que integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas instalaron hace un mes que, según dijeron, se retirará a las 17:00 horas de este domingo.
La circulación en la zona se encuentra cerrada con los azules con franjas blanco de plástico y cintas amarillas que se suelen poner provisionalmente en el tramo frente a Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana.
El área frente a los arcos, en la que están las joyerías, que desemboca en las calles 5 de febrero y Brasil, así como la de edificios del gobierno de la ciudad que conduce a Pino Suárez al igual que a la Avenida 20 de Noviembre, están abiertas al paso de los automóviles, mientras que en el resto del circuito solo puede pasar uno que otro mototaxi y camiones que trasladan material.
Pese a los trabajos se percibe un ambiente habitual donde muchas familias conviven, hacen compras o simplemente disfrutan del emblemático espacio.
Notimex