En todo lugar donde hubo presos siempre hay cosas raras, vibras, comenta un mando de la Secretaría de Marina (Semar) asignado a Islas Marías.
Como elemento naval ha enfrentado sus temores al agua y a la oscuridad, pero siempre está alerta ante cualquier llamado en la isla María Madre, donde se encontraban reclusos hasta el pasado 9 de marzo cuando abandonaron los centros federales de readaptación social.
El mando, que prefirió el anonimato, se encuentra en la edificación más antigua de la isla, que es la base naval, muestra los rincones de este lugar que tiene un modelo similar al panóptico.
En el acceso al lugar duermen los elementos de la Marina, cerca de las camas están sus armas, ya que del resto de las habitaciones sólo quedan las historias del trato a los presos siendo aún Colonia Penal Federal Islas Marías.
Siete celdas de castigo permanecen en el lugar al que sólo pueden ingresar los elementos navales.
La desincorporación del complejo carcelario del sistema federal penitenciario tomó por sorpresa a los elementos de la Semar porque nunca imaginaron que ese sería el final.