Master Chef contra las adicciones

jóvenes que han tenido problemas con las metanfetaminas aprenden a cocinar, para alejarse de la droga

TIJUANA. Teresa Gutiérrez es una chef tijuanense que una vez por semana acude al Centro de Integración Juvenil (CIJ) en la Zona del Soler (muy cercana a las playas de Tijuana), donde se localizan la mayoría de los centros de este tipo. Teresa es la guía en las actividades del CIJ relacionadas con la cocina, los lunes a partir de las 11:00 de la mañana. Es la primera en llegar a las instalaciones donde prepara diferentes platillos con los jóvenes que han atravesado por un problema de drogas. Este grupo está integrado por chicos de entre 13 y 20 años de edad, y lo que se busca es hacerlos responsables de su propia vida.
“Hay un problema enorme de drogadicción. No sé si tenga que ver la localización de esta ciudad. Es un problema tangible en el cual todos tenemos que aportar un grano de arena. Tenemos este taller de cocina. Los enseñamos a cocinar, los enseñamos a hacerlos responsables. Ellos tienen que traer los ingredientes”, aseguró.
Debido a la ubicación geográfica de Tijuana, la droga es de fácil acceso para la mayoría de la población, comenta el doctor Raúl Palacios Lazos, quien coordina un CIJ.   [caption id="attachment_365378" align="alignnone" width="640"] Teresa Gutiérrez y sus alumnos.[/caption] En Tijuana hay un riesgo más alto en comparación con otras ciudades del país y la metanfetamina ocupa el segundo lugar de consumo en la región, seguido de la mariguana. Sin embargo, hay actividades que buscan contrarrestar los efectos de estas drogas en las personas como las que realizan en los CIJ. Es un programa de consulta, pero intensivo, comentó Palacios. Jesús llegó a este centro desde los 16 años de edad por vez primera y actualmente está hospitalizado en la Unidad del Centro de Integración Juvenil–Unidad Soler en Tijuana. Ahora tiene 31 años y una menor de apenas seis meses de nacida. Dice que se quiere alejar de las drogas por su hija, para que ella tenga una mejor vida. Su vida, durante los últimos 10 años ha estado marcada por el uso y abuso de narcóticos. Se inició con el cigarrillo, después fue cocaína, luego usó solventes, mariguana y metanfetaminas. Comentó que esta droga le da energía, placer y se vuelve una persona sin miedo, así cometió algunos robos para pertenecer a una pandilla en Tijuana. En el CIJ donde lleva nueve semanas, toma un medicamento, que se llama metilfenidato, un derivado de la metanfetamina, provoca los efectos parecidos al cristal, pero no me hace daño, agregó Jesús. Según relatan profesionales de la salud que trabajan en los CIJ, cada vez son más y de menor edad los usuarios de este tipo de sustancias en la frontera. Hay casos de menores que inician en esta actividad desde los ocho o nueve años. POR ALMA MORALES
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