Habían pasado 39 horas del debate presidencial y José Antonio Meade sostenía su primera conferencia de prensa desde aquel encuentro directo con sus contrincantes. De frente a más de 40 periodistas en Saltillo, el candidato recibió la primera pregunta: “Las encuestas lo colocan en tercer sitio…”.
“¡Pues hay de todo!”, interrumpió tajante el candidato, y tras un instante de silencio, prosiguió con un tono más sereno: “Digo, es un hecho que hay de todo, pero bueno”.
Con cautela, siguieron las preguntas: “¿Qué va a hacer para repuntar su campaña, ya que actualmente no se encuentra en un lugar muy favorable?”.
“Mira, vamos a caminar convenciendo y convocando”, responde Meade, ya con un tono más preocupado.
Pero eso no es todo: un día antes de este encuentro, el candidato había convocado a la prensa para dar a conocer los documentos con los que acusaba a su opositor, Andrés Manuel López Obrador, de ser el propietario de dos departamentos que no había declarado en su 3 de 3, como una estrategia para convencer al electorado de que AMLO miente; sin embargo, no aceptó preguntas de los reporteros, sólo dio su mensaje de casi cuatro minutos y se retiró.
Alguien más lo cuestionó sobre cómo le iba hacer para vencer a López Obrador, ubicado 30 puntos arriba en la preferencia electoral, Meade argumentó que su honorabilidad y su perfil le permitirían derrotar a su contrincante y llegar a Los Pinos. “¿No teme al voto de castigo hacia su partido?”, le increparon.
Meade, notablemente irritado, reviró haciendo alusión al tema de los departamentos de López Obrador, y de las acusaciones por lavado de dinero de la nave industrial de Ricardo Anaya: “Yo soy el único candidato que no tuvo que explicar en el debate absolutamente ningún tema inmobiliario”.
A 27 días del arranque de su campaña, con casi un tercio de los días de proselitismo transcurridos, el candidato del PRI, Nueva Alianza y Verde Ecologista deberá aprovechar los dos debates restantes y cada día de actividades públicas si es que quiere aumentar su popularidad entre los votantes, se escucha en cada evento que el candidato tiene.
En los últimos días el candidato priista ha hecho algunos cambios: En su gira por el noreste del país, Meade cambió su técnica de oratoria para hacer sus discursos más interactivos e involucrar más a sus simpatizantes, y así tratar de ganar mayor simpatía entre los presentes.
Durante un mitin en Matamoros, Tamaulipas, el candidato refirió el problema de inseguridad que padece la entidad, y dijo a la multitud: “Estamos viendo que los homicidios…”, y apuntando su dedo índice hacia el cielo guardó silencio, esperando una respuesta del público. “Suben”, respondieron al unísono.
“Mientras que la actividad económica…”, dijo, apuntando hacia el suelo. “Baja”, corearon los simpatizantes. Es la nueva estrategia del candidato para conectar con el público.
- El Ejército, vs el crimen