TIJUANA. Durante la tarde del martes, 120 miembros de la caravana migrante que comenzó en Chiapas arribaron al extremo norte de México. Un autobús fue el último medio de transporte que llevó a niños y adultos a los albergues de esta ciudad. “Se siente chido. Imagínate, recorrer de punta a punta, desde Chiapas, el país y estar en la frontera norte más lejos que hay en México”, dijo William Bonilla, de Tegucigalpa, Honduras.
En el sitio, después de la primera noche, aseguran sentirse aliviados al llegar a su última parada –después de casi dos meses de trayecto–, que dará a la gran mayoría la oportunidad de presentarse ante el gobierno de Estados Unidos y pedir asilo.
[caption id="attachment_273995" align="aligncenter" width="1024"] FOTO: Cuartoscuro[/caption]
El trayecto en el tren, aseguran, fue una experiencia que nunca olvidarán. Para muchas mujeres, el temor de subir y la incomodidad, dicen, por minutos casi lograron que no continuaran el viaje.
Los hombres que subían al tren dicen que lo hicieron siempre vigilando la seguridad de sus familias, muchos haciendo guardia día y noche y buscando protección contra delincuentes en su camino a la frontera. “Peligroso se miraba, porque los mañosos y todos se querían subir.
Pero nosotros los hombres no dejamos que se subieran”, aseguró William. Para hombres como William, de 26 años de edad, su llegada a Tijuana representa su oportunidad de obtener un empleo, dijo a El Heraldo de México.
A pesar de completar todo el trayecto, junto con su esposa y su hijo de dos años, él no intentaría cruzar a Estados Unidos.
“Yo nomás entregar a mi hijo y a mi mujer, que vayan a pedir el asilo y quedarme trabajando en Tijuana, mientras paso a Estados Unidos”, compartió.
[caption id="attachment_273997" align="aligncenter" width="1024"] FOTO: Cuartoscuro[/caption]
POR MARINEE ZAVALA / CORRESPONSAL
Domingo 8 de Diciembre de 2024