Son pocas las veces que Carolina Martínez acompaña a su esposo, Ricardo Anaya, a los actos de campaña, y sin embargo, en la privacidad de su matrimonio es ella quien administra los negocios familiares. A Carolina no le gusta la política.
Las veces que se le ha visto en eventos públicos no habla. Aparece sentada siempre al lado de Anaya y saluda tímidamente a los asistentes desde su lugar.
Los más cercanos al matrimonio justifican la ausencia de la esposa del candidato de la coalición Por México al Frente, porque es quien se encarga de cuidar a Santiago, Mateo y Carmen, sus hijos.
Entre 2015 y 2017, se mudó a Atlanta, Estados Unidos, con el objetivo de que sus hijos estudiaran en ese país. A mediados del año pasado regresó a México.
Carolina Martínez no ha hecho una vida pública en el ámbito político ni está afiliada al PAN, partido que su esposo dirigió. No tiene cuentas en Twitter ni en Facebook.
Estudió Administración Pública en el Tecnológico de Monterrey, y tras graduarse en 2004, se ha dedicado a trabajar, de lado de su padre, en las empresas de su familia.
Junto con Anaya crearon algunas empresas y con su papá Donino Martínez, un reconocido empresario hotelero y restaurantero, expandió sus negocios a la industria de la construcción y los bienes raíces. Según la declaración 3 de 3 del candidato del PAN, PRD y MC, Carolina Martínez genera anualmente un ingreso neto de un millón 503 mil 964 pesos, y mensualmente cerca de 125 mil pesos.
Carolina es la esposa de los candidatos presidenciales que menos ha participado en las campañas electorales.
Acompañó a Anaya en su arranque de campaña; en un encuentro que sostuvo con mujeres en la Ciudad de México; en un mitin en Celaya, Guanajuato -bastión panista-, en Ecatepec, entre otros, pero en ninguna ha hablado en público.
POR RICARDO ORTIZ