PUERTO PALOMAS. “Cuando un hijo desaparece, ya nada es igual”, aseguró con el rostro inundado en dolor Jacobo, un albañil que ha dedicado los últimos tres años de su vida a buscar a su hijo de 22 años de edad, desaparecido en esta ciudad de Chihuahua.
Jacobo Orozco García vivía con sus padres en Ciudad Juárez. Como lo había hecho antes, el 10 de noviembre de 2014 recorrió con dos amigos 153 kilómetros en su moto, para ir a vender pizzas a la frontera con Columbus, Nuevo México, donde, según testigos, un grupo de hombres armados se los llevaron.
Jacobo, según el Centro de Derechos Humanos Paso del Norte (CDHPN) de Ciudad Juárez, es una de las más de mil 800 personas desaparecidas en todo Chihuahua, y aunque según la Fiscalía General, en Ciudad Juárez se tiene registro de 485 hombres desaparecidos de 2000 a la fecha y más de 110 mujeres desde 1987, los familiares creen que podría haber más hombres ausentes, cuyas familias temen denunciar.
Y es que el dolor se une al temor en la búsqueda de los hombres desaparecidos, ante la apatía de las autoridades y el estigma de la sociedad de que cuando uno desaparece es “porque andaba en malos pasos”.
El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas suma 35 mil 410 en todo México (952 hombres y 190 mujeres), carpetas que son del fuero federal, iniciadas entre enero de 2014 y enero de 2018, y 25 mil 470 hombres y ocho mil 798 mujeres relacionadas con averiguaciones previas, carpetas de investigación o actas circunstanciadas del fuero común que permanecían sin ser localizados hasta el 31 de enero pasado.
El CDHPN acompaña a los integrantes del Colectivo Familias Unidas por la Verdad y la Justicia, cuyas víctimas fueron desparecidas por las propias autoridades. Los padres de Jacobo pertenecen al colectivo, y este fin de semana acudieron a Puerto Palomas, en la búsqueda de su hijo y de 10 hombres más desaparecidos en Ciudad Juárez y el Valle de Juárez. Los dos compañeros de Jacobo fueron liberados a 46 kilómetros, en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua.
Un mes después ellos aseguraron que cuando andaban en la moto notaron que los estaban siguiendo.
“Ellos no saben a dónde se los llevaron, porque los vendaron… pero a mi hijo no lo soltaron… Nosotros queremos encontrarlo vivo, pero si está fallecido, de perdida para darle una cristiana sepultura”, dijo el hombre de 53 años de edad.
“A los hombres desaparecidos los tienen olvidados, luego luego salen con que andaban en algo malo, ellos andaban vendiendo pizzas… lo queremos mucho y ojalá por ahí ande, como ande, queremos encontrarlo”, argumentó.
POR HÉRIKA MARTÍNEZ PRADO / CORRESPONSAL
Buscan pistas de hombres desaparecidos
