Se duplican informales en el Metro

Aunque el Metro ha buscado reducir el número de vendedores ambulantes dentro de sus instalaciones, éstos han aumentado. En el interior de la estación Auditorio, una mujer extiende una lona de una medida aproximada de dos por dos metros. La coloca sobre el suelo, a un costado de las primeras escaleras eléctricas para bajar a los andenes, y enseguida dispone chicharrones, papas y dulces. Esto, a unos cuantos metros de distancia de elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI). Según información de la SSP local, obtenida vía transparencia, durante 2017 fueron remitidos ante el juez cívico 94 mil 161 informales, 94.94 por ciento más que en el año previo. [caption id="attachment_235907" align="alignnone" width="1200"] Cuartoscuro[/caption] Al Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro se le hizo una petición similar, sin embargo, desconoció la cantidad de personas detenidas en el interior de sus instalaciones por estas prácticas. “Al respecto, le comento que esta gerencia de seguridad institucional a mi cargo se encuentra impedida para atender de manera favorable la solicitud antes transcrita, por no ser temas de su competencia”, sostiene el documento foliado con el número 0325000008518. Tras una serie de recorridos realizados por El Heraldo de México por las 12 líneas del Metro, en semanas pasadas, se constató, en distintas horas del día, que en todas, a excepción de la dorada, los informales operan con “normalidad”. A partir de las 19:00 horas se pueden encontrar con mayor frecuencia, incluso instalados cerca de los andenes, como es el caso de la estación Camarones de la Línea 7. En la 2, que corre de Cuatro Caminos a Tasqueña, en un horario entre las 10:00 y 12:00 horas, fueron ubicados bocineros. El Metro implementó en 2015 un programa denominado Cero Tolerancia, para inhibir la presencia de bocineros. En general, en ese año, el promedio diario de remisiones al juez cívico era de 68 vendedores ambulantes, mientras que en 2017 fue de 257, una cifra que casi se cuadruplica. Incluso, el entonces director del Metro, Jorge Gaviño, prometió, en septiembre de 2015, que un plazo de 30 días iba a desalojar a los bocineros. “Hay ya muy pocos bocineros y los vamos a sacar de los vagones”, prometió. En enero de 2018 se detuvo a más de 28 mil personas, cifra que supera el acumulado generado entre 2010 y 2013. Este diario solicitó una postura al Metro sobre esta situación, sin éxito alguno. POR CARLOS NAVARRO
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