Alistan reporte de emisiones capitalinas

El Registro Nacional de Emisiones (RENE) es un instrumento que integra la información de los diferentes sectores productivos del país   Representantes de 85 dependencias del gobierno capitalino alistan la elaboración del Reporte Ciudad de México para el Registro Nacional de Emisiones 2018.   Se calcula que la capital mexicana emite un millón de toneladas de Dioxido de Carbono equivalente (CO2eq) al año. De ese tamaño es su huella de gases de efecto invernadero al orbe.   En 2014 fue la primera vez que la Ciudad de México reportó su huella, pero se midieron solamente dos meses (del 29 de octubre al 31 de diciembre del 2014), con ayuda de la Agencia de Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ).   En ese periodo se reportaron 159 mil 397 toneladas de CO2 eq.   En 2015 se emitieron 1.3 millones de toneladas de CO2 , provenientes de 2 mil 370 edificios e instalaciones, así como 16 mil 570 vehículos.   En 2016 se emitieron 1.1 millones, provenientes de 2 mil 790 edificios e instalaciones, además de 17 mil 399 vehículos.   Para medir el año que terminó, la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) reunió a las dependencias para coordinar acciones para cumplir con el Registro Nacional y así informar la cantidad de Compuestos y Gases de Efecto Invernadero (CyGEI) que se generan cada año en la metrópoli.   El Registro Nacional de Emisiones (RENE), regulado por la Ley General de Cambio Climático, es un instrumento que integra la información de los diferentes sectores productivos del país.   Los sujetos obligados a reportar son aquellos que emiten más de 25 mil toneladas de bióxido de carbono equivalente (CO2 eq) al año. De esta forma, la Ciudad de México está obligada a manifestar sus emisiones.   La Secretaria del Medio Ambiente, que encabeza Tanya Muller, revela que con esos reportes se han identificado las fuentes de emisiones en la Ciudad.   Se trata principalmente del consumo de energía eléctrica, de combustibles en vehículos y edificios, así como las originadas por el tratamiento de aguas residuales y por emisiones fugitivas de gases refrigerantes.   La información permite el diseño de políticas públicas que coadyuven en la mitigación de gases de efecto invernadero.   Por Manuel Durán
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