Un diario, una cartera, un par de zapatos o de tenis viejos y llenos de polvo, una cruz o una medalla, un tatuaje, una credencial o una playera o unos calcetines; cualquier artículo hallado en el desierto de Sonora se vuelve invaluable para ubicar a los familiares de algún migrante que cedió ante la aridez y murió en su camino a Estados Unidos.
Cada día hay una víctima fatal. La asociación estadounidense No Más Muertes señala que en dos décadas –7 mil 305 días– han sido encontrados res- tos de más de 7 mil migrantes.
La cifra coincide con los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ayer informó que hubo 412 muertos en 2017, es decir 3.5 por ciento más que en 2016, cuando reportaron 398.
La OIM destacó que el número de inmigrantes que murieron al cruzar la frontera de México a Estados Unidos aumentó a pesar de que atravesaron la línea menos personas. El número de detenciones por autoridades de EU disminuyó 44 por ciento, ya que el reporte de la Patrulla Fronteriza es de 341 mil 084 arrestos el año pasado contra 611 mil 689 en 2016.
PATRULLA FRONTERIZA
En la investigación Muerte y Desaparición en la Frontera de Estados Unidos con México, el organismo detalló que la suma de 7 mil muertos surge del informe de la Patrulla Fronteriza, con un reporte de 6 mil 915 restos de gente considerada migrante y que fueron rescatados a lo largo de la frontera entre 1998 y 2016, y otros 239 restos que reportó la OIM como recuperados de enero a julio de 2017.
El organismo estadounidense, en el capítulo Interferencia a la ayuda humanitaria, documentó que de 2012 a 2015, al menos 3 mil 586 galones con agua fueron destruidos en un corredor del desierto de unos 321 kilómetros cuadrados cerca de Arivaca, Arizona.
Los migrantes muertos que- dan, en su mayoría, en calidad de desconocidos, por lo que diferentes asociaciones civiles de México y Estados Unidos, colectivos y hasta grupos de Facebook trabajan en brigadas que recorren zonas del desierto, recuperan restos o cadáveres, y artículos de los migrantes, para después compartir las imágenes y poder localizar a sus parientes.
Las Águilas del Desierto y Colibrí Centro de Derechos Humanos, son de los organismos más activos.
El primero de ellos organiza incursiones para buscar desaparecidos y el segundo realiza jornadas de recolección de ADN de personas en Estados Unidos que buscan a sus familiares sin localizar.
Por Fabiola Cancino y Frida Valencia