El ideario de un sudcaliforniano ejemplar, durante la primera mitad del siglo XX, se mantiene vigente, gracias a los esfuerzos de su nieto por resaltar la creación de sus obras en la historia de la ingeniería nacional.
Durante la época del Porfiriato, la Revolución y el México contemporáneo, el nombre del ingeniero Modesto C. Rolland era conocido en las altas esferas del poder, debido a su participación en obras de gran talante en varios estados del país.
Por ello, su nieto, el también ingeniero Jorge Rolland Constantine, decidió compilar información sobre su ascendiente en el libro Modesto C. Rolland: Constructor del México Moderno.
“En los sesenta su nombre era muy sonado en el círculo de la ingeniería, pero con el pasar de las décadas, nadie le recordaba”, afirmó el heredero del hombre nacido en Baja California Sur.
Para la creación de esa obra, el ingeniero Rolland Constantine visitó distintas bibliotecas y consultó acervos de familiares para rescatar todas las hazañas de su antepasado.
En el año de 1906, el ingeniero oriundo de La Paz, fue partícipe en la construcción del acueducto Xochimilco-México, obra vital que funcionó para dotar de agua potable a la capital.
Veinte años después, Rolland estuvo a cargo de la construcción del estadio Heriberto Jara Corona, ubicado en la ciudad de Xalapa, Veracruz, y que hace un año fue declarado patrimonio cultural de esa localidad.
En tiempos posrevolucionarios, participó en la creación un nuevo rostro en la Ciudad de México al estar a cargo de la construcción de la Plaza de Toros México y el Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes, actualmente Estadio Azul.
Era un visionario, un pensador, un idealista y un gran ingeniero. Son todas esas cosas, en realidad no debemos perder de vista a gente que hicieron tanto por México y por la creación de la república”, recordó en entrevista.No obstante, por diferencias con el ex presidente Adolfo Ruiz Cortines, el ingeniero decidió mantener un bajo perfil y eludió su participación en mayores obras, hasta su fallecimiento, en el 1965, en Córdoba, en Veracruz. Sin embargo, el nombre de Modesto C. Rolland no figuraba en estatuas, placas o en archivos relacionados sobre la creación del México contemporáneo hasta hace un año, cuando se inauguró una calle con el nombre de su persona en La Paz. A un año de su publicación, la biografía de su abuelo se ha presentado en universidades del país y en consejos empresariales con gran éxito, pues el autor ya considera una nueva reedición de la obra. Por JOSÉ RÍOS