Habitantes de Juchitán, Oaxaca, tienen miedo a que por las noches malhechores entren a lo que queda de sus casas y se lleven el poco patrimonio que aún cuidan como un tesoro.
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Para Guiexva Escudero no hubo nada que salvar. La madrugada del jueves estaban por dormir, cuando un “brusco” movimiento los tomó desprevenidos, “supusimos que era un temblor normal, pero cuando salimos, la casa se derribó completamente”, narra.
Al quedar desamparados, un vecino les permitió a los 12 integrantes de su familia pernoctar aquella noche, “ni dormimos”. Al amanecer acudieron desesperados al palacio municipal a buscar ayuda; ahí la única solución que les dieron fue que acudieran al albergue en el Instituto Tecnológico del Istmo.
“Nos quedamos sin nada, tenemos familiares enfermos, mujeres embarazadas, niños que lamentablemente a cada rato hablan de cómo es posible que su casita se haya caído. Es una gran tristeza para mí por que nos quedamos en la calle”, dice entre lágrimas.
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Varias personas se instalaron en un campamento improvisado en las calles.[/caption]
SÓLO MIL 600 PERSONAS EN ALBERGUES
El secretario de Salud de Oaxaca, Celestino Manuel Alonso, reconoció en entrevista con El Heraldo de México que la mayor parte de la población se mantiene afuera de sus hogares y no acuden a ninguno de los ocho albergues de Juchitán.
"La gente se resiste muchas veces a salir de sus casas, se les ha dicho que no deben permanecer por las réplicas, sobre todo en aquellas casas que están dañadas, es comprensible, pero no es adecuado", agregó.
A la fecha permanecen unas 200 personas en cada uno de los albergues en una comunidad de 100 mil habitantes.
Por Ricardo Ortiz.
Fotos: Corina Herrera.
