Roberto Sandoval asegura que se quedará en Nayarit para trabajar y enfrentar las acusaciones sobre enriquecimiento ilícito, cuando concluya su labor como gobernador, el 19 de septiembre.
“Ya me han buscado hasta por debajo de la lengua. Soy de las personas más buscadas en 2017. Me da mucho gusto, me da tranquilidad que no hay nada que me puedan encontrar”, dice sobre la denuncia ante la Procuraduría General de la República.
Adelanta que ya presentó su declaración patrimonial y su 3 de 3 ante esta dependencia y presume que toda su información financiera es transparente; encontrarán todas las facturaciones en orden.
El político priista, a 28 días de que concluya su sexenio, habla de los aciertos de su administración y los pendientes que deja al panista Antonio Echevarría.
En torno al Índice GLAC, una métrica con 600 indicadores que permite analizar la seguridad con bienestar, entre otros rubros, admite que la medición de febrero a mayo, fue “una bomba”, pues el estudio revela que en la entidad prevaleció la inseguridad limitada con riesgos sociales. Acepta que ello se debió a lo relacionado con el operativo en que murió Juan Francisco Patrón, El H2, entre otros presuntos criminales, el tema de la orden de aprehensión del exrector de Nayarit Juan López Salazar, y la detención del ex fiscal Édgar Veytia.
Sin embargo, defiende que en el sexenio disminuyó la inseguridad y en la actualidad se encuentra entre los cinco estados con los menores niveles de violencia, situación que también se repitió en el combate a la pobreza y a la informalidad laboral, lo cual también refleja el Índice GLAC.
–¿Cuáles fueron sus logros?
–Seguridad, sin duda alguna. Deuda pública. Recibimos una deuda a corto plazo de 900 millones de pesos y ahora está en ceros, además de que puede solicitar el próximo gobernador un crédito privado por mil 200 millones de pesos, y la deuda general disminuyó. Las calificadoras ponen a Nayarit en semáforo verde; al llegar, estaba en rojo.
Otro logro, hemos gestionado más de 58 mil millones de pesos en obras federales, estatales y municipales; transparencia y bienestar social, con el combate a la pobreza.
–¿Qué pendientes le deja a Antonio Echevarría?
–El sistema de salud. No en el tema de infraestructura, ahí se logró mucho, se construyeron 10 clínicas y hospitales y se gestionó la construcción de un hospital del IMSS y otro del ISSSTE, sino en el tema político, en la corrupción de algunos trabajadores en este sistema, que no son todos, que venden los medicamentos o cobran por trasladar pacientes.
Dice que se ha reunido varias veces con el gobernador electo, Echevarría, con quien tiene una relación de respeto. “Toda la vida hemos sido, si no es que amigos, conocidos en buena lid, esa es otra cosa que les enojó”, dice en torno a que lo han querido responsabilizar de la derrota del PRI en las elecciones pasadas.
Sandoval Castañeda señala directamente al candidato Manuel Cota, de no haber ganado, de quien dice que no tuvo aceptación.
“Que no nos echen la culpa. Que no nos vengan a decir que gracias a nosotros perdió un candidato que sacó 27 por ciento, cuando nosotros estamos por encima de la media nacional”.
Sin embargo, acepta que especialmente lo de Veytia tuvo un efecto negativo, “comunicación negativa, y de ahí han aprovechado, dentro y fuera del partido” para señalarlo.
–¿Vamos a ver al ex goberna-dor en Nayarit, enfrentando lo que venga?
–Estoy dando la cara, la seguiré dando y viviré muy feliz en mi Nayarit. Nada más el primer mes me voy rehabilitar mi rodilla, que me operé, pero no tuve oportunidad de hacerlo en su momento, y me iré a Guadalajara, a la clínica de Rafa Márquez.
Después, asegura, se dedicará a la agricultura y ganadería, a la venta de potrillos y becerros, además de cultivar maíz.
Dice que desde joven su sueño era el pastoreo de ganado, de ahí que su rancho se llame así El Sueño, donde asegura no tener caballos pura sangre; su favorito, presume, es El Sol, uno que le regaló Joan Sebastian.
Por Fabiola Cancino