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México falla en combate a la corrupción

NACIONAL

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México tiene similitudes con Italia en delitos como la corrupción, pero una de las diferencias es que en ese país se ha logrado minimizarlo, aseguró el especialista, Ambrosio Michel. Delitos como el lavado de dinero no se combaten adecuadamente en México, criticó Michel durante el primer InterCity Italia-México con el tema: Crimen organizado, corrupción y cultura de la legalidad. “El problema de la impunidad es la corrupción, y (el de) la corrupción no sólo por los delitos cometidos con motivo de la aplicación de las leyes, sino por ineptitud, y la ineptitud muchas veces es por falta de preparación”, enfatizó.
Octavio Sferlazza, procurador de Italia en Palmi, señaló que para combatir la corrupción, por ejemplo en materia legislativa, utilizan un modelo que agrava el delito, el tráfico de influencias y peculado, entre otros. “Se estima que la corrupción cuesta a Italia 60 millardos de euros, la evasión fiscal 120 y la mafia 650. La lucha contra la corrupción es de importancia fundamental para la reactivación socioeconómica”, dijo. Michel reiteró que, de acuerdo con el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), creado por el G-7, en el combate al lavado de dinero Mexico ha tenido un retroceso; ejemplo de ello, señaló, son las pobres sentencias por este delito.
Sugirío que nuestro país modifique el Código Fiscal, para que el lavado de dinero se persiga de manera simultánea con la defraudación fiscal genérica y equiparable, y el contrabando. “La defraudación fiscal es sólo un tipo previsto en el Código Fiscal de la Federación que no tiene nada que ver con el incremento de los patrimonios, que es lo que busca combatir el lavado de dinero. “El artículo 108 sólo permite el combate simultáneo entre lavado de dinero y defraudación fiscal genérica, dejando al margen el poder combatir el lavado de dinero junto con otros delitos fiscales, como defraudación fiscal equiparable, que sí sanciona la omisión del pago de contribuciones por el incremento del patrimonio”, explicó.  
Por Diana Martínez