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Pobreza frena movilidad social

NACIONAL

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La última vez que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) calculó la pobreza, estimó que dos de cada tres personas pobres vivían en alguna zona urbana del país. Es decir, si la ciudad donde se vive tiene más de dos mil 500 habitantes, es probable que en tres de cada 10 hogares no les alcance el dinero para vestirse ni para comer; o que no tengan acceso a la seguridad social o a todos los servicios básicos. “Normalmente antes pensábamos en pobreza y nos remitíamos inmediatamente a zonas rurales, al campo. Esto cambió por el fenómeno migratorio dentro del país porque muchos grupos de población se han trasladado a los centros urbanos”, explicó Héctor Rubio, coordinador de incidencia de la asociación Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. De acuerdo con estadísticas del Consejo Nacional de Población, entre 2010 y 2015, la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) atrajo 1.5 millones de inmigrantes nacionales, Monterrey otros 513 mil y Guadalajara, 437 mil. La mayoría de estos nuevos habitantes se establecen en las periferias donde no existen las condiciones de vivienda o de salud o, en el peor de los casos, se convierten en población sin hogar e indigencia. “Buscando una mejor calidad de vida lo que se encuentran, son problemas que los afectan no sólo a ellos, sino a toda su familia”, dijo el especialista. El principal lastre de la pobreza, explicó Rubio, es que no permite el desarrollo de la dignidad ni el potencial personal de las personas y, quizá el más preocupante, es que frena la movilidad social. “Una persona que vive en situación de pobreza es altamente probable que viva en esa condición toda su vida y no sólo eso, es muy probable que herede esa condición a las siguientes generaciones, sus hijos”, dijo. Para no ser considerada pobre, el Coneval establece que una persona en la ciudad requiere de 94 pesos con 50 centavos al día y no tener ningún tipo de carencia social. Quienes caen por debajo de este margen ingresan a las filas de la pobreza. Sin embargo, dentro de la pobreza también hay niveles: quienes viven con menos de 47 pesos con 50 centavos al día y tienen más de tres carencias sociales como acceso a servicios básicos, de salud y seguridad social, alimentación, y vivienda digna, son considerados pobres en extremo. El problema con esta medición, explica Rubio, es que permite que los gobiernos puedan manipular las cifras al incrementar el acceso a servicios, aunque esto no se traduzca en mejoras reales para la gente. Un ejemplo, explica, es que en los últimos 25 años, el porcentaje de pobreza en el país no se ha reducido notablemente, pese a que hubo crecimiento económico y a que se destina gran parte del presupuesto a programas sociales. “El porcentaje de mexicanos que viven en pobreza no se ha modificado. En 1992 el 53 por ciento de la población vivía en esta situación, y los datos más recientes nos demuestran que ese mismo porcentaje sigue viviendo en el abismo de la pobreza”, dijo.   Por Iván Ramírez Villatoro