Desde 1972, el tercer domingo de Junio se festeja en todo el mundo el "Día del Padre". El Heraldo de México te comparte este foto-reportaje pues México no es la excepción en esta celebración.
FOTOS: LESLIE PÉREZ
Con 61 años de edad, tres hijos y una esposa - que lucha día con día contra el cáncer de mama-, Esteban Trejo compartió con El Heraldo de México la historia que lo convierte en un "Héroe de la vida real".
Dedicado hace más de 30 años a la construcción, hoy ocupa el cargo de albañil en obras pequeñas, pues " tiene que dividir las horas para cuidar de su familia, y los grandes contratistas requieren de tiempo completo", sin embargo, sus conocimientos lo han llevado a ser maestro de obra en edificaciones como la famosa Estela de Luz de la Ciudad de México.
Trabaja sólo cuatro días de la semana, otros tres los reparte para ocuparse de su familia, "mi trabajo me apasiona pero me gustaría que se ganará más dinero, no me gusta que me regalen nada pero si que paguen lo justo", puntualizó.
Cada tercer día después de su jornada laboral, "Don Esteban" -como le dicen de cariño en su barrio de Iztapalapa-, debe llevar a su hijo al hospital, utilizando el transporte público que "no es compatible con personas en silla de ruedas". Tres horas de trayecto para llegar al centro de salud y otras dos para regresar a casa no son suficientes para que se de por vencido, pues asegura que "ser padre es una decisión que merece todo el compromiso y esfuerzo".
Con una bicicleta rota a su lado, Trejo recorre diversos trayectos para regresar a casa, en su mochila lleva lo "básico" -que consta de martillo, clavos y una playera vieja- "por si sale una chambita en el camino".
En el camino, Esteban pasa por un altar a San Judas Tadeo, santo del cual es devoto después de que a finales del 2016 los médicos sostuvieran que su hijo estaba a punto de perder la vida tras una cirugía a la que fue sometido de urgencia, "uno no espera que los hijos mueran antes que los padres, ese momento fue el más difícil de mi vida y no tuve más opción que encomendarme a dios y a san judas", relató con lágrimas en los ojos.
"Luche hasta el final, me endeudé con tal de conseguir el material quirúrgico y las medicinas que se necesitaban, pero mi hijo logró salir adelante. Todos los días le hago curaciones de una úlcera externa que tendrá de por vida. Soy albañil, soy enfermero y soy un héroe, porque eso es lo que hacen los superhéroes: buscar que la gente tenga una mejor vida, y yo quiero eso para mi hijo" afirmó Esteban.
"Si me preguntan que cambiaría de mi manera de vivir, les diría que nada, soy feliz por tener la fortaleza de sacar a flote a mi familia, pero a los jóvenes les digo que piensen bien antes de tener hijos porque no es un juego" señaló Trejo mientras regresaba con su hijo a casa.
Esteban y su hijo menor, Marcos, terminan el día en la salita de su casa, pese al cansancio "Don Esteban" siempre tiene una sonrisa en la cara, pues afirma con orgullo tener programado su itinerario permanente: ser un héroe pero de la vida real.