Por: Hérika Martínez Prado
Cuando José Luis Castillo Carreón sale a las calles a buscar a su hija algunos se detienen a verlo, muchos pasan de largo y otros le dicen que está loco, pero “¿qué harías tú si tu niña se hubiera perdido?”, los cuestiona.
Él y su esposa, Martha Rincón, cumplen hoy 2 mil 964 días de no ver a Esmeralda; la menor de sus tres hijos, desaparecida en Ciudad Juárez el 19 de mayo de 2010, a los 14 años de edad.
Después de ocho años, el dolor se ha acumulado en su rostro, su piel ha ennegrecido por el sol y su cuerpo ha enfermado, pero una vez más pasará el Día del Padre pegando las fotos de su hija en las calles de la ciudad. “Esmeralda, no te desesperes, pronto vamos a estar contigo”, es el mensaje que el padre le envía a su hija a través de El Heraldo de México, con la esperanza de que pueda leerlo.
Y es que, aunque las autoridades le aseguraron desde enero de 2015 que en la sierra del Valle de Juárez encontraron 10 centímetros de su fémur izquierdo, él mantiene la esperanza de encontrarla con vida.
“Dicen que ese hueso es de mi hija, pero no nos pueden decir de qué murió, hemos rastreado 20 kilómetros alrededor de donde fue encontrado y no hemos encontrado más restos de su cuerpo, y la Fiscalía no nos ha permitido hacer un segundo examen de ADN”, reclamó.José Luis piensa que su hija puede estar viva, por lo que logró que las autoridades retiraran su expediente del área de homicidios y los enviaran a las unidades de lesiones y personas ausentes. "Hay días muy difíciles, son ocho años de buscar a mi niña, pero en su cuarto tenemos todas las cosas que usamos para su búsqueda, y en esos momentos de desánimo voy y me paro ahí y escucho esa vocecita que me dice: ‘ahí está viejito, ¿no que me querías tanto?, ¿ya vas a dejar a buscarme?‘. Y aunque nos duele, volvemos otra vez a recargar pilas para salir a buscarla”, confesó. Según datos de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, existen más de 108 mujeres con reporte de desaparición en Ciudad Juárez, de 1993 a la fecha. [caption id="attachment_32340" align="alignnone" width="1024"] FOTO HÉRIKA MARTÍNEZ[/caption] De acuerdo con el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos México 2016/2017, al concluir el año pasado, el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas sumaba 29 mil 917 ausentes, 22 mil 414 hombres y 7 mil 503 mujeres, sin tomar en cuenta los casos federales anteriores a 2014, ni los casos de trata de seres humanos. El día que Esmeralda desapareció en la frontera con Estados Unidos, era un martes por la mañana, salió de su casa para ir a la secundaria, pero nunca regreso. Después de seis años de trabajar en el área de Control de Tráfico del Municipio de Juárez, José Luis fue despedido debido a las constantes faltas que tenía por buscar a su hija. Tres años después, el 5 de abril de 2012, él y su hijo de entonces 24 años, fueron acusados de asaltar a una casa de masajes de la ciudad. Ocho meses después, tras un juicio abreviado, ambos quedaron libres. El padre asegura que fue una estrategia de las autoridades para que no siguiera buscando a su hija, pero continúo exigiendo su regreso con vida.
“Lo más difícil es tener que estar con las autoridades, oír mentiras y más mentiras, que la gente diga que está harta de oír de los asesinatos de mujeres, quieren estar con los ojos cerrados… Yo he recibido insultos. Algunas personas creen que ya nos estamos volviendo locos, pero sin importar todo eso vamos a continuar nuestra búsqueda”, aseguró.Para poder sostenerse y continuar buscando a Esmeralda, él y su esposa venden paletas de corazón en las escuelas y hamburguesas en las noches, afuera de su casa. Desde hace años, José Luis ofrece pláticas de prevención a las estudiantes de secundarias y preparatorias de la ciudad. Y desde septiembre del año pasado es apoyado por el Grupo Acción por los Derechos Humanos en los rastreos que se realizan cada mes en busca de restos humanos. Acompañado de activistas y voluntarios, él coordina los rastreos en el Arroyo de El Navajo, el sitio del Valle de Juárez, donde se encontró el único resto de Esmeralda, y donde han sido localizados parte de los restos de 18 identificadas de 2012 a la fecha.