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La lucha encarnizada por ganar el Estado de México

NACIONAL

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La carrera por gobernar el Estado de México se volvió una lucha encarnizada a raíz de su peso en el mapa electoral, con el PRI sacando todas sus armas para evitar un triunfo del partido del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que allanaría su camino a la presidencia. Las encuestas vaticinan un final muy cerrado entre Delfina Gómez, candidata por el joven Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de López Obrador, y Alfredo Del Mazo, primo del presidente Enrique Peña Nieto y miembro de una dinastía política del PRI, que ha gobernado el estado por casi 90 años. La baja popularidad de Peña Nieto por escándalos de corrupción y un recrudecimiento de la violencia han puesto en peligro la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el estado, el más poblado del país con 16 millones de habitantes y el segundo con más peso en la economía. Sus votantes representan el 13 por ciento del padrón electoral del país, de unos 120 millones de habitantes. La elección llega un año antes de los comicios presidenciales. "Aquí en el Estado de México los vamos a derrotar, porque la gente está hasta el copete de la corrupción y la gente quiere la transformación verdadera", dijo López Obrador la semana pasada en un mitin, aludiendo al peinado con gel que usa Peña Nieto, oriundo del estado. El veterano líder acompaña a su candidata a casi todos los mítines, donde sus partidarios rugen "¡Fuera el PRI, fuera el PRI!". Del Mazo, por su parte, tiene detrás a la gigantesca estructura del partido, surgido de la revolución de 1910 y que gobernó el país por 71 años seguidos hasta el 2000. El PRI ha lanzado toda su artillería para seducir votantes. Incluso ha repartido tarjetas que simulan un monedero electrónico con las que promete desde zapatos escolares hasta laptops y salarios para amas de casa, si Del Mazo gana. Pero según el analista político y encuestador Roy Campos, tanto prometer como dar regalos puede ser un arma de doble filo: la gente puede aceptarlos pero votar discretamente por otro candidato. Y ese voto oculto no se refleja en las encuestas porque los consultados no lo reconocen públicamente. "Eso ocurrió el año pasado en Veracruz", dijo refiriéndose a otro bastión que el PRI perdió en 2016.
"El odio contra el PRI está muy exacerbado... Y perdiendo el Estado de México, las posibilidades del PRI para 2018 son poquísimas".
Por el contrario, para López Obrador un triunfo de su candidata sería una catapulta para el 2018: "a nivel de la percepción ciudadana le agregaría un halo de ganador". DANDO Y REGALANDO Tres mujeres mostraron a Reuters tarjetas que recibieron con el logo del PRI y de Del Mazo, junto con la promesa de que se depositaría dinero en ella después de la elección, algo que la Fiscalía Especializada para Delitos Electorales (Fepade) cree que podría constituir compra de votos. Las tarjetas no tienen banda magnética, número, código de barras o chip. Dos de las mujeres dijeron haber recibido otra tarjeta con el logo del PRI que dice "SALARIO ROSA", una promesa de campaña que es el caballito de batalla de Del Mazo, quien asegura que pagará un salario a las amas de casa desempleadas.
"Los partidos no pueden ofertar tarjetas con una promesa futura cierta o incierta, mediata o inmediata, en dinero o en especie para poder pedir el voto. Cualquier promesa que se desarrolle a la entrega de tarjeta es una conducta delictiva", dijo el fiscal de la Fepade, Santiago Nieto.
César Castillejos, jefe de comunicación de la campaña priísta, dijo que las tarjetas "son sólo un instrumento de propaganda, no son como una tarjeta bancaria". Una de las mujeres, Jovana Medina, de 44 años y madre de cuatro hijas, dijo que ni siquiera tiene la intención de votar por el priísta, porque está harta de promesas que no se cumplen. "Esta elección está entre Morena y el PRI. Yo en lo personal estoy por un cambio, pero en general creo que todos son una bola de rateros", dijo la señora en el municipio de Ecatepec, resumiendo el hartazgo de muchos habitantes del estado y en especial del lugar, donde el crimen campea y escasea el empleo. El Estado de México es de las regiones donde existen acusaciones más graves de mal manejo de fondos públicos por el partido en el poder y a la vez es de los que registra más secuestros y homicidios. Entre 2015 y 2016 fueron asesinadas en la entidad cerca de 4,600 personas pero aún así, muchos prefieren no cambiar. "Más vale malo conocido que bueno por conocer. Si uno no se acerca a ellos no obtiene nada y así funciona. Al final, es nuestro dinero del que apenas nos regresan algo", dijo María de los Remedios González, de 49 años, al finalizar el mitin de Del Mazo en Ecatepec la semana pasada. Un grupo ciudadano de reciente formación denominado AHORA denunció que dirigentes priístas, incluido Peña Nieto, se enriquecieron con malos manejos de millonarias obras públicas entregadas en concesión a la empresa española OHL y que eso los ha ayudado a financiar sus campañas electorales. La empresa y el partido han rechazado las acusaciones. La Fepade tiene abiertas decenas de carpetas de investigación desde septiembre del año pasado, la mayoría contra el PRI y el conservador Partido Acción Nacional (PAN), que marcha tercero en las encuestas. Sin embargo, los demás partidos también tienen las suyas. La candidata de Morena, por ejemplo, es investigada por haber descontado dinero a los trabajadores del municipio de Texcoco, del que fue alcaldesa, para supuestamente dirigirlos a su partido. Gómez acepta que existió el hecho, pero ha dicho que fue porque los trabajadores lo pidieron y no para Morena. En los comicios del 4 de junio también serán elegidos nuevos gobernadores en los norteños estados de Coahuila y Nayarit, ambos capitaneados por el PRI. Por REUTERS (Anahí Rama, Editado por Ana Isabel Martínez y Pablo Garibian.)