La Fiebre del Valle, conocida en términos médicos como coccidioidomicosis, es una infección provocada por el hongo Coccidioides. Esta enfermedad, a menudo asociada con el suroeste de los Estados Unidos y partes de América Central y del Sur, presenta síntomas que pueden confundirse fácilmente con otras afecciones respiratorias, lo que supone un desafío para su diagnóstico, por lo que a muchos expertos les preocupa que pueda llegar a propagarse más.
De acuerdo con los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) esta es una infección se descubrió por primera vez en el Valle de San Joaquín, en el suroeste de los Estados Unidos y es provocada por el hongo Coccidioides, residente del suelo en regiones de Estados Unidos como Arizona, California, Nevada, Nuevo México, Texas, Utah y recientemente también en el sur de Washington.
¿Cuáles son los síntomas de la Fiebre del Valle?
Zonas de México, América Central y América del Sur, también albergan este hongo. Las esporas microscópicas del hongo, presentes en el aire de estas regiones, pueden ser inhaladas por las personas, convirtiéndose en el principal medio de contagio de la fiebre del valle. Aunque es importante resaltar que no todos desarrollarán la enfermedad.
En muchas ocasiones, la infección por Coccidioides puede pasar desapercibida ya que no todos presentan síntomas. No obstante, cuando estos se manifiestan, suelen hacerlo entre 1 y 3 semanas después de la inhalación de las esporas y pueden incluir:
- Fatiga
- Tos
- Fiebre
- Falta de aire
- Dolor de cabeza
- Sudores nocturnos
- Dolores musculares o en las articulaciones,
- Erupciones en la parte superior del cuerpo o en las piernas
¿Por qué nos preocupa la Fiebre del Valle?
La fiebre del valle es motivo de preocupación debido a su incidencia creciente y a la posibilidad de complicaciones graves en ciertos grupos de personas. Las personas con el sistema inmunitario debilitado, las mujeres embarazadas, las personas con diabetes y las personas de ciertos grupos étnicos corren un mayor riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad.
En 2017, se reportaron a los CDC 14,364 casos de fiebre del valle, la mayoría en personas que vivían en Arizona o California. Sin embargo, se cree que estos números subestiman la realidad, ya que muchos casos no son diagnosticados correctamente debido a que no se les realizan las pruebas de detección. Los factores medioambientales, como la temperatura y la cantidad de lluvia, pueden afectar el crecimiento del hongo y su concentración en el aire, lo que a su vez puede llevar a un aumento en el número de casos.
Aunque los síntomas pueden ser bastante incómodos, en la mayoría de los casos, estos desaparecen solos después de semanas o meses. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar problemas pulmonares graves a largo plazo, e incluso un pequeño porcentaje (cerca del 1%) puede sufrir una coccidioidomicosis diseminada, es decir, la infección se propaga de los pulmones a otras partes del cuerpo como el sistema nervioso central, la piel o los huesos y las articulaciones.
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