Una serie de cambios en la relación orgánica del Opus Dei con el Vaticano, vista como una "degradación" o pérdida de poder, tiene lugar a partir de hoy, según el documento papal pontificio Ad charisma tuendum (Para tutelar el carisma), emitido el 22 de julio.
Entre las principales disposiciones, están que el Prelado que encabece la organización ya no será obispo, que el Opus Dei ajuste sus estatutos, presente un informe anual, y ya no responderá al Dicasterio para los Obispos, sino al Dicasterio para el Clero, considerado como un escalón abajo.
Según señalamientos atribuidos al Opus Dei, precisó que esto no implica modificaciones en el régimen de la Prelatura, ni en las relaciones de las autoridades de ésta con los obispos, y por tanto proseguirá su marcha habitual.
La propia organización informa que su misión es fomentar la conciencia de la "llamada universal a la santidad en la vida ordinaria".
Pero éste es el primer cambio en 40 años a la orden, considerada el ala más conservadora de la Iglesia, fundada en 1928 por Josemaría Escrivá de Balaguer, en España, donde adherentes del Opus llegaron a ser parte del gobierno, durante el régimen del general Francisco Franco.
Según historiadores españoles, al final del franquismo, el recién entronizado Juan Carlos I condicionó el nombramiento de Adolfo Suárez como Presidente de gobierno a que renunciara al Opus Dei.
La organización se regía hasta ahora por la constitución Ut sit de Juan Pablo II en 1982, que le otorgó la calidad eclesiástica que es regida por un prelado y con su propia jurisdicción.
Esa formulación permitía que el principal líder de la orden, el "Prelado", fuera ordenado sacerdote y, eventualmente, obispo. Pero con el cambio ya no será así, por decisión papal y como forma fortalece "la dimensión carismática" en lugar de la jerárquica.
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