El Papa Francisco volvió a presidir el Vía Crucis en el Coliseo romano ya que por la pandemia no se celebró por dos años. Ante miles de personas reunidas en la explanada del Coliseo que portaban sus veladoras, se hicieron las meditaciones que fueron realizadas por diferentes familias.
En los dos años recientes, el Via Crucis fue realizado en la Plaza de San Pedro sin fieles, pero este año miles de peregrinos y fieles participaron en éste.
En la XIII Estación, que es donde Jesús muere en la cruz y que fue conducida por una mujer ucraniana y una rusa, se hizo una oración “Ante la muerte, el silencio es más elocuente que las palabras. Hagamos, pues, una pausa en el silencio orante y recemos cada en nuestro corazón por la paz en el mundo”.
Al final del Vía Crucis el Papa Francisco rezó una oración e impartió la bendición a todos los presentes. “Mantén encendida en nuestras familias la lámpara del Evangelio, que ilumina alegrías y dolores, cansancios y esperanzas; que cada casa refleje el rostro de la Iglesia, cuya ley suprema es el amor. Por la efusión de tu Espíritu, ayúdanos a despojarnos del hombre viejo, corrompido por pasiones engañosas, y revístenos del hombre nuevo, creado según la justicia y la santidad”.
Por Pablo Esparza
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