Estados Unidos y Rusia retomaron ayer el diálogo directo, aunque sólo sirvió para reiterar sus diferencias, con la novedad de las primeras declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre la crisis de Ucrania en más de un mes.
A primera hora del día, el secretario de Estado de EU, Antony Blinken, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, sostuvieron una llamada telefónica en la que ambos diplomáticos repitieron las posiciones previas.
Blinken instó a Moscú a iniciar la "desescalada inmediata" de las tensiones en la frontera con Ucrania, a la vez que reiteró su "disposición" a continuar el diálogo "sustantivo" con Moscú por la vía diplomática, según la versión estadounidense.
Por su parte, y de acuerdo con el comunicado de Moscú, Lavrov criticó a Washington por "su retórica agresiva" y la "entrega" de armas a las fuerzas armadas ucranianas, e insistió en las exigencias de que se frene la expansión de la OTAN en el este de Europa
Tras la conversación, que duró cerca de 30 minutos, Blinken señaló en su cuenta de Twitter que "si de verdad el presidente Putin no busca una guerra o un cambio de régimen (...) entonces es hora de que retiren las tropas y las armas pesadas".
Moscú ha negado en repetidas ocasiones que prepare una invasión a Ucrania, al recalcar que se trata de movimientos militares dentro de sus fronteras, y ha criticado como "histérica" la reacción por parte de Occidente.
En las últimas semanas de cruce de declaraciones y amenazas, la única voz que no se había oído era la del presidente ruso; ayer, Vladimir Putin acusó a Occidente de ignorar las preocupaciones de Moscú en materia de seguridad, y a EU de utilizar a Ucrania como herramienta contra su país, aunque dijo esperar una solución para poner fin a las crecientes tensiones.
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