El Papa Francisco celebró la misa por la Fiesta de la Virgen de Guadalupe describiendo en su homilía la situación complicada y difícil que vive el mundo, la guerra, la pobreza, las injusticias, pero con la Virgen de Guadalupe siempre da esa salvación de alejarse de todo eso.
“Y aunque este horizonte aparezca sombrío y desconcertante, con presagios de mayor destrucción y desolación, todavía la fe, el amor y la condescendencia divinas nos enseñan y nos dicen que también este es un tiempo propicio de salvación, en el que el Señor, a través de la Virgen Madre mestiza, sigue dándonos a su Hijo, que nos llama a ser hermanos, a dejar de lado el egoísmo, la indiferencia y el antagonismo, invitándonos a hacernos cargo «sin demora» los unos de los otros, e ir al encuentro de los hermanos y hermanas olvidados y descartados por nuestras sociedades consumistas y apáticas, nuestros hermanos y hermanas dejados de lado. Y lo hace sin demora: es la Madre apurada, apresurada, la Madre solícita”.
Ante una Basílica de San Pedro repleta de fieles y peregrinos, principalmente latinoamericanos, el Papa Francisco continuó hablando de la necesidad de que la Virgen de Guadalupe quiere encontrarse con cada persona. “Hoy como ayer, Santa María de Guadalupe quiere encontrarse con nosotros, como un día con Juan Diego en el cerrito del Tepeyac. Quiere quedarse con nosotros. Nos suplica que le permitamos ser nuestra madre, que abramos nuestra vida a su Hijo Jesús y acojamos su mensaje para aprender a amar como Él”.
El Santo Padre definió a la Virgen de Guadalupe como “La Madre del amor por quien se vive”. “Ella vino para acompañar al pueblo americano en este camino tan duro de pobreza, explotación, colonialismos socio-económicos y culturales. Ella está en medio de las caravanas que buscando libertades caminan hacia el norte. Ella está en medio de ese pueblo americano amenazado en su identidad por un paganismo salvaje y explotador, herido por la predicación activa de un ateísmo práctico y pragmático. Y Ella está allí. ‘Soy tu Madre’, nos dice. La Madre del amor por quien se vive”.
A la celebración estuvo presente el Gobernador del Estado de Nuevo León, Samuel García que tuvo la oportunidad de saludar el Papa Francisco antes de iniciar la misa, donde también estuvo el embajador de México ante la Santa Sede, Alberto Barranco Chavarría, así como el Embajador de México ante Italia, Carlos García de Alba.
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