Esta mañana Haití despertó con el asesinato de su presidente Jovenel Moïse luego de ser atacado a tiros por hombres armados dentro de su propio hogar en el barrio de Pelerin en Puerto Príncipe, la capital haitiana. En el atentado resultó herida la primera dama, Martine Moïse. El primer ministro saliente, Claude Joseph aseguró que la policía y el Ejército se encargan de mantener el orden.
El magnicidio se suma a la crisis de seguridad en Haití
El magnicidio se suma a la grave crisis de seguridad que vive el país caribeño desde 2018 cuando la población haitiana pidió la renuncia de Moïse quien ganó las elecciones presidenciales en una segunda vuelta tras ser señalado de hacer fraude en la elección de 2016.
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Jovenel Moïse comenzó su mandato el 7 de febrero de 2017 y durante su primer discurso como presidente aseguró que dejaría el poder en las manos del pueblo de Haití en 2022 al terminar su administración por lo que no participaría en dichas elecciones.
Moïse y su intento por reelegirse
El presidente Moïse buscó reformar la Constitución haitiana para permitir la reelección presidencial por dos términos consecutivos, situación que fue prohibida desde el fin de la dictadura de la familia Duvalier en 1986 que sumió a Haití en la pobreza, dejó 40 mil muertos y más de un millón de exiliados.
Sin embargo, al intento de reelección le precedió el descontrol que se apoderó de Haití con la suba del precio del combustible en 2018 que dejó escasez del carburante, dicha medida tomada por Moïse detonó el origen de protestas violentas que derivó la renuncia del primer ministro Jack Guy Lafontant quien sin tener experiencia política había sido nombrado por Moïse.
Con el aumento del combustible surgieron sospechas de corrupción sobre Petrocaribe (alianza con Venezuela para que Haití compre su petróleo en condiciones de pago preferencial) que involucró a Moïse y a su predecesor Michel Martelly con la firma de proyectos millonarios que no se llevaron a cabo.
La corrupción, la escasez del combustible, la aguda pobreza que tienen a Haití como el país más pobre de América y el deseo de que Moïse deje el cargo como presidente luego de que disolvió el Parlamento en enero de 2020 y gobernara por decreto, desencadenaron que la violencia escalara con la aparición de grupos armados.
Protestas contra Moïse dejan muertos y crecen los secuestros
Dos años después de que Jovenel Moïse fuera presidente, surgió la primera protesta violenta para que dimitiera del cargo. La manifestación dejó como saldo a casi 40 personas fallecidas.
Los homicidios continuaron y el asesinato del presidente del Colegio de Abogados, defensor de los Derechos Humanos y creyente de la democracia y del estado de derecho, Me Monferrier Dorval, ocasionó que la población acusara a Moïse de fomentar la impunidad en el país en agosto de 2020.
Según datos del Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (CARDH), los secuestros en Haití aumentaron más de 300 por ciento en abril de 2022, dicho delito creció de manera efervescente en el tiempo de gobierno de Moïse. La escalada de violencia causó miles de desplazados haitianos que repiten el patrón de los tiempos de la dictadura de los Duvalier.
El homicidio del presidente Jovenel Moïse ocurrió durante los altos índices de pobreza, desigualdad social, inseguridad y inestabilidad política que vive Haití que se ve reflejado en los más de 20 gobiernos que ha tenido en 30 años con intentos de golpes de Estado o en este caso la ejecución de un magnicidio.
Con información de agencias
RMG