Una joven madre, residente de Irving, Texas, está en la mira de las autoridades y de la población de Estados Unidos luego de que ella misma confesara haber matado a sus dos pequeñas hijas. Según sus propias declaraciones, decidió hacerlo para protegerlas de un abuso del que presuntamente eran víctimas.
A través de un comunicado, las autoridades de Irving informaron que Madison McDonald, la posible responsable del crimen, llegó por sus propios medios al departamento de policía de la ciudad el pasado lunes, cerca de las 10 de la noche, llevando en las manos algunas pertenencias de las niñas. Estuvo merodeando en el lugar cerca de diez minutos y posteriormente tomó el teléfono de un lobby y realizó una llamada al 911 donde indicó que había asfixiado a, Archer Hammond de 6 años y Lillian Mae McDonald de 1.
La mujer de 30 años aseguró que las menores habían sido víctimas de abuso y que ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para protegerlas del daño, incluso "eliminarlas". Así lo citó una declaración jurada del arresto que a su vez fue reportada por el medio local Fox 4.
Tras la llamada al servicio de emergencias, la policía de la región llegó a la residencia de la sospechosa, donde habitaba sólo en compañía de sus hijas, y ahí encontraron los cuerpos sin vida de las infantes. Según averiguaciones de las autoridades, la mujer pudo haberlas sedado para luego asfixiarlas. Por último, las acostó en sus camas.
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La madre fue arrestada en el vestíbulo de la estación y ahora deberá enfrentar dos cargos por asesinato a un menor de 10 años. En caso de ser declarada culpable, podría enfrentar una sentencia a cadena perpetua sin opción a libertad condicional o incluso la pena de muerte, así lo informó NBC.
Las autoridades continuarán con las investigaciones para saber más sobre lo que orilló a la mujer a acabar con la vida de sus hijas.
DFC