El mundo jamás deja de sorprendernos y muestra de ello es el reciente descubrimiento que un grupo de científicos ha hecho. Se trata del mono leoncillo, que es el primate más pequeño del mundo. La apariencia del animalito ha causado ternura, pues es sumamente tierno.
El hallazgo es fruto de un estudio liderado por Stella de la Torre, catedrática e investigadora del Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales (Cociba) de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), ubicada en Ecuador. La investigación está en desarrollo desde el 2015 y la experta trabajó junto con un grupo de primatólogos, provenientes de las universidades de Northern Illinois y Michigan-Ann Arbor de Estados Unidos así como del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP).
La nueva y fascinante especie ha sido identificada como "Cebuella Niveiventris". Antes de esto, sólo se conocía sobre la existencia de la "Cebuella Pygmaea". Ambas habitan en la zona de la Amazonia.
Se creía que las criaturas de las dos especies pertenecían a una sola. Sin embargo, tras múltiples averiguaciones, los científicos descubrieron que existen de manera independiente y que sus ejemplares están separados por el río Napo, en la Amazonía ecuatoriana. Al norte del cuerpo río habita la "Cebuella Pygmaea" y al sur está la nueva categoría, "Cebuella Niveiventris", conocido como mono leoncillo o tití pigmeo, que es el primate más pequeño del mundo, ya que al alcanzar la edad adulta, suele pesar de 100 a 140 gramos y medir de 12 a 15 centímetros.
Te podría interesar
Para llegar a esta conclusión, los investigadores compararon el ADN mitocondrial que se extrajo de las heces fecales de ambos animales, también de tejidos de especímenes alojados en museos de Ecuador y Perú. De esta manera, se definió que son especies "crípticas", es decir, que tienen grandes similitudes en sus características físicas, pero su información genética es diferente.
Esta información se dio a conocer a través de un comunicado que la USFQ envío directamente a la prensa. No obstante, a inicios de marzo ya se había revelado un artículo de investigación sobre el tema en la revista especializada American Journal of Physical Anthropology.
DFC