El uso constante de las redes sociales y aplicaciones para smartphones ha traído “la nueva normalidad” para cientos de jóvenes que buscan cirugías plásticas para parecerse a los filtros usados en Snapchat.
Los filtros de Snapchat e Instagram, además de agregar orejas de conejo o especificaciones a tu selfie, rellenan labios, borran poros y levantan papada, dando una apariencia más “estética” al rostro de cada persona.
Sin embargo, un artículo publicado en la revista médica JAMA Facial Plastic Surgery alerta sobre un nuevo trastorno psicológico que ha sido llamado 'Dismorfia de Snapchat', en el que la gente desea someterse a cirugías plásticas para que su cara se parezca a la imagen de los filtros de Snapchat.
Este fenómeno fue identificado por primera vez en 2018 por el médico cirujano de Londres, Tijion Esho, que había notado que los pacientes que alguna vez pidieron parecerse a ciertas celebridades, ahora deseaban parecerse a su imagen con filtros de belleza.
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Mientras que unos usaban sus selfies editadas con Snapchat o la aplicación de Facetune como guía, otros decían: "'Quiero verme así', con los ojos grandes y la piel de píxeles perfectos", dice Esho. "Y eso es algo irreal e inalcanzable", confiesa.
El informe de JAMA Facial Plastic Surgery propone que "los filtros y las ediciones se han convertido en la norma, alterando la percepción de la belleza de las personas en todo el mundo".
Dicho estudio también sugiere que las imágenes filtradas que "difuminan la línea de la realidad y la fantasía" podrían desencadenar el Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), una afección de salud mental en la que las personas se obsesionan con defectos imaginarios en su apariencia.
“La nueva normalidad” en los jóvenes, según los investigadores del artículo, es alarmante porque los filtros de Snapchat presentan rasgos que son totalmente incompatibles con la anatomía humana y las capacidades de la cirugía plástica actual.
jos