Fue el 19 de octubre de 2017 cuando científicos detectaron la existencia de un objeto peculiar en el cosmos, el cual provenía de la estrella Vega, localizada a 25 años luz de nuestro planeta. Debido a sus características únicas, el asteroide fue nombrado Oumuamua, que significa “mensajero llegado desde lejos”.
Este objeto estelar fue detectado por el telescopio Pan-STARRS, ubicado en las islas Hawái, sin embargo rápidamente desconcertó a la comunidad científica ya que su forma era muy singular: alargada y plana, por lo que pensaron que tal vez se trataría de alguna anomalía.
El 6 de septiembre de 2017 cruzó el plano orbital, donde todos los planetas giran alrededor del Sol, aunque solo de visita, después, el 29 de septiembre cruzó la órbita de Venus y más tarde, el 7 de octubre, cruzó la órbita la de la Tierra para enseguida dirigirse hacia la constelación de Pegaso a una velocidad de 94 mil 800 kilómetros por hora, para finalmente desaparecer en la oscuridad.
Tras el análisis de los datos aportados por su trayectoria, la comunidad científica fue incapaz de cuadras los resultados con la hipótesis de que se trataba de un cometa o algún asteroide, por lo que un científico planteó su propia teoría, que se trataba de vida extraterrestre.
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Las características inusuales del Oumuamua
El tamaño del asteroide Oumuamua era particularmente muy pequeño, con 100 metros de largo y 9 de ancho, el objeto espacial es diez veces más brillante que cualquier asteroide o cometa del Sistema Solar; otra característica particular es que su brillo variaba por un factor de diez cada ocho horas.
Otro dato que dejó sin explicación a los científicos es que si el Oumuamua pasó cerca de la superficie del Sol alcanzaría una temperatura muy caliente, cosa que no ocurrió; ya que la cámara de infrarrojos del Telescopio Espacial Spitzer, lanzado por la NASA en 2003, no detectó cambios en la temperatura de su superficie.
También el Oumuamua despedía una luminosidad extraña y esto se corroboró luego que pasara cerca del Sol y reflejara su luz, el asteroide era muy brillante, al menos diez veces más que los asteroides o cometas típicos del Sistema Solar y se asemejaba al destello mostrado por un metal reluciente.
Además de su extraña forma y de sus propiedades reflejantes extrañas, el Oumuamua aceleró su camino alrededor del Sol y su trayectoria se desvió de la gravedad del astro solar, esto se pudo constatar el 9 de septiembre de 2017 cuando el Sol ejerció su fuerza gravitatoria y el asteroide giró en torno al él a unos 300 mil kilómetros por hora; enseguida tomó impulso con la gravedad del astro y salió despedido en otra dirección.
Después de ocurrido esto, el Oumuamua siguió su trayecto por el sistema solar hacia el exterior; los resultados de este estudio revelaron que el asteroide se comportó de manera extraña y distinto a lo que determinan las leyes universales de la física, ya que los científicos no encontraron una explicación para esta conducta. Todas estas anomalía llevaron al investigador de Harvard, Avi Loeb, a plantear la teoría de que se trata de vida extraterrestre.
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