Becky Aspinall tiene 33 años y es mamá de un pequeño de 13 años a quien adora con todas sus fuerzas. Sin embargo, le queda poco tiempo de vida debido a una enfermedad degenerativa que le fue detectada durante el embarazo y ahora sólo quiere pasar sus últimos minutos con él, por lo que adelantará los festejos de Navidad para este fin de semana.
A la joven le diagnosticaron la enfermedad de Huntigton en 1998, cuando esperaba a su único hijo Alfie, y con el paso de los años su salud se ha visto deteriorada pues dicho padecimiento hace que se desgasten las células nerviosas del cerebro (que no se regenran), causando de inicio movimientos descontrolados y desequilibrio.
En una fase más avanzada, esta enfermedad degenerativa provoca imposibilidad de caminar, hablar o tragar. Becky, residente de Oxton, Reino Unido, se encuentra en esta etapa prácticamente terminal, ya que pidió no recibir alimento por sonda y sólo ser tratada con cuidados paliativos.
"Eso significa que está al final de su vida", contó su mejor amiga, Kirsty Smith, en entrevista con Liverpool Echo.
Así será la última Navidad de Becky
Nadie sabe cuánto tiempo le queda a Becky, pero todos creen que ya no llegará a finales de diciembre para celebrar Navidad y Año Nuevo con su hijo; de acuerdo con el personal de cuidados paliativos, ya pronto deberán medicarla más para que ya no esté alerta y sienta malestar.
Su mamá, Lisa, había reservado para llevarla a Winter Wonderland el 24 de diciembre, pero no cree que ella siga consciente para entonces, por lo que ella y su padrastro han decidido recorrer los festejos para este fin de semana, pues, siendo sinceros, ya se encuentra muy mal de salud.
Por ello decidieron buscar algunos viejos adornos y luces para que el jardín delantero de la casa se convierta en una auténtica villa navideña para que celebre su primra y última fiesta decembrina con el pequeño Alfie, ya que no han podido estar juntos en estas fechas debido a la enfermedad degenerativa.
La amiga de Becky relató que lleva más de ocho años en un hogar de ancianos, donde le brindaban la asistencia necesaria. Ahí su familia podía visitarla y estar pendiente de su salud, sin embargo, los encuentros se limitaron a verla desde una ventana cuando entró la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, al ver que ya está por exhalar su último aliento, sus cuidadores accedieron a dejarla ir a casa para celebrar Navidad con su familia.
SIGUE LEYENDO:
Hombre muere tras recibir la eutanasia; es el primer caso en Madrid