Científicos de diferentes partes del mundo están probando diferentes medicamentos y tratamientos para el combate contra el coronavirus SARS-CoV-2 y el Covid-19. Uno de ellos podría ser la vacuna contra el bacilo Calmette-Guérin (BCG).
Esta es la vacuna contra la tuberculosis que en México se aplica desde que son bebés, de acuerdo a la Cartilla de Vacunación del la Secretaría de Salud.
Según la publicación del mes de marzo de la revista Science, equipos científicos de cuatro países se encuentran desarrollando pruebas clínicas para explorar la posibilidad de que ese medicamento sea útil para fortalecer el sistema inmunológico humano.
Las universidades de Radboud y de Utrecht, en los Países Bajos; la Universidad de Atenas, en Grecia; la Universidad de Melbourne, Australia; y la Universidad de Toronto, en Canadá, son las que están trabajando para esta investigación.
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Los intentos actuales para determinar si es útil contra el coronavirus se basan en el trabajo de varias décadas de los investigadores daneses Peter Aaby y Christine Stabell Benn, quienes observaron la posibilidad de que la vacuna pueda aumentar la capacidad del sistema inmunológico para combatir patógenos diferentes del BCG.
Esa revista Mihai Netea, especialista en enfermedades contagiosas del Centro Médico de la Universidad de Radboud, indica que su equipo determinó que esta vacuna es capaz de estimular células sanguíneas innatas durante periodos prolongados, en un proceso que denominó “inmunidad entrenada”, lo cual comprobó en un estudio publicado en 2018.
En tanto la Universidad de Toronto apuntó que esta vacuna probablemente no sea capaz de eliminar las infecciones por el coronavirus por completo; pero puede reducir su impacto en las personas.
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Por otra parte, un análisis estadístico llevado a cabo por el Departamento de Ciencias Biomédicas de la Escuela de Medicina Osteopática del Instituto de Tecnología de Nueva York encontró una estrecha relación entre la amplia aplicación de la vacuna contra el BCG y cifras bajas de contagio y muerte por Covid-19.
Es decir, los países que cuentan con amplias campañas permanentes de aplicación de esta vacuna, registran una menor incidencia de contagio y muerte.
De acuerdo al estudio epidemiológico, los investigadores se basaron en las políticas de aplicación de la vacuna contra la tuberculosis de diferentes países, disponibles en el sitio BCGAtlas.org. Después cruzaron los datos con información de casos y muertes por Covid-19, obtenidos del “Mapa del Coronavirus” de Google, actualizados al 21 de marzo.
Sin embargo, los autores reconocen que esas tazas de mortalidad en cada país se relacionan, tanto con el número de casos como con la probabilidad de muerte de cada caso individual.
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Por: Redacción Digital Heraldo de México
MFA