La Organización Panamericana de la Salud (OPS) criticó la forma en la que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha respondido a la pandemia de COVID-19, quien por cierto tiene casi un mes sin aparecer en público.
Nicaragua es la única nación de América Latina que no ha establecido medidas de cuarentena como el cierre sus fronteras o confinamiento de la población, las escuelas seguían abiertas y continúa la promoción de ferias, actividades recreativas y turismo.
“Tenemos preocupaciones sobre los tests, el seguimiento de los contactos, la forma en que se reportan los casos”, dijo la directora de la OPS, Carissa Etienne.
El gobierno asegura que en el país sólo hay seis casos confirmados de COVID-19 y una muerte. Sin embargo, no han informado cuántas pruebas se han realizado.
En tanto, la esposa de Ortega y vicepresidenta, Rosario Murillo, ha hecho referencias religiosas para hablar acerca del coronavirus y dio “gracias infinitas a Dios” por la recuperación de los contagiados.
La última vez que Ortega compareció públicamente fue el 12 de marzo, cuando participó en una reunión virtual con los mandatarios de Centroamérica, que fue convocada por el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) para abordar la pandemia.
De acuerdo con The New York Times, se cree que el mandatario, de 74 años, sufre enfermedades crónicas e incluso pasó por una cirugía del corazón en 2007, por lo que se han generado rumores sobre su fallecimiento.
Otra de las casualidades es el que Ortega no asistiera al funeral del diputado Jacinto Suárez, quien fue secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista de Liberación Nacional y su amigo. [nota_relacionada id=952643 ]
Pero no sólo son esos los problemas que marcan al país, pues el Ministerio de Salud (Minsa) impidió a la Diócesis de Matagalpa la realización de un Centro Médico de prevención contra el COVID-19.
"El Minsa me notificó que no puedo llevar adelante el Proyecto de los Centros de Prevención Médica, ni el Call Center. Quiero dejar constancia ante el pueblo que nosotros como Diócesis quisimos trabajar”, escribió en Twitter monseñor Rolando José Álvarez.
Aunque los ciudadanos han actuado de forma voluntaria ante la crisis, las calles se notan vacías. En los supermercados se puede ver a las gente usando cubrebocas y guantes.
Por Sayuri López
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