Se apura a reabrir

WASHINGTON. Nuevas directrices de la Casa Blanca delinean una restauración gradual del comercio y los servicios, pero únicamente en sitios con gran cantidad de pruebas y un declive en el número de casos de COVID-19.

El presidente Donald Trump presentó ayer los planes de su gobierno para relajar los requerimientos de distanciamiento social durante una conferencia telefónica con los gobernadores del país. Las nuevas medidas tienen el objetivo de despejar el camino para levantar las restricciones en zonas de baja transmisión del coronavirus, y mantenerlas vigentes en áreas más afectadas.

Las zonas con un declive en el número de infecciones y gran cantidad de pruebas realizadas iniciarán con una reapertura gradual, en tres fases, de los comercios y las escuelas. Cada fase duraría al menos 14 días a fin de asegurar que el brote viral no se acelere nuevamente.

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Las recomendaciones dejan claro que un regreso a la normalidad será un proceso mucho más largo del que Trump había previsto, e incluso las autoridades federales advirtieron que algunas medidas de distanciamiento social podrían permanecer vigentes hasta el final del año para evitar un nuevo brote.

En la primera fase se sugiere que las escuelas sigan cerradas. Los lugares grandes, incluso gimnasios, pueden operar con protocolos de distanciamiento social. En la segunda fase, los individuos vulnerables deberán continuar en sus casas, y se deben evitar las reuniones de más de 50 personas; los colegios podrán reabrir.

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En la tercera fase, las personas de riesgo podrán reanudar las interacciones y se permitirán las visitas a personas mayores en residencias y hospitales.

Por AP
lctl

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