BARCELONA. Científicos hallaron por primera vez una importante acumulación de compuestos organofosforados, sustancias químicas que se usan como plastificantes (para dar suavidad al plástico) y retardantes de llama (con efecto inhibidor en la combustión), en los tejidos de las ballenas de aleta y en su principal presa, el kril.
La investigación mostró el problema químico que provocan los plásticos en estas especies debido a la gran cantidad de aditivos que contienen.
"Los resultados confirman que el daño de este material en los océanos va más allá de su impacto físico y que se trata de un problema global", explicó la investigadora Ethel Eljarrat.
El estudio liderado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, en España, analizó los músculos de 20 ejemplares de ballenas capturadas por Islandia, país que permite su caza, y 10 muestras de kril.
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Los registros muestran niveles de plastificantes organofosforados en torno a un microgramo por gramo de grasa, tanto en las ballenas de aleta como en el kril.
Según el estudio, los plastificantes más abundantes son el tributilfosfato (TBP), el isopropilfenilfosfato (IPPP) y el óxido de trifenilfosfina (TPPO).
"Aunque al día de hoy no se conocen los efectos tóxicos de estos contaminantes, si se tiene constancia de que el TBP posee potencial para provocar daños neurológicos, efectos cancerígenos y efectos en la reproducción", dijo Eljarrat.
Este es el tercer estudio que examina los daños que provocan los plásticos en delfines, ballenas, peces y tortugas.
Por EFE
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