A medida que el mundo pasa los días en cuarentena por la pandemia de COVID-19, son cada vez más comunes las imágenes de hogazas de pan, bolsas con frutas y verduras, paquetes de carne cruda, y otros perecederos, desbordándose de contenedores de basura.
En las calles de Europa y Estados Unidos, principalmente, se forman montañas de comida que se pudrió o está a punto de descomponerse, producto del exceso de consumo por las compras de pánico. El mal olor predomina y las ratas se hacen presentes.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 45 por ciento de las frutas y vegetales que se cosechan en todo el mundo se desperdician anualmente en un periodo normal. La cantidad equivale a unas tres mil 700 millones de manzanas.
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También se desperdicia 30% de los cereales, 763 mil millones de cajas de pasta, y de los 263 millones de toneladas de carne que se producen mundialmente cada año, se pierde 20%, el equivalente a 75 millones de vacas.
Se pierden mil 300 millones de toneladas de comida, un tercio del total, pero durante este periodo de confinamiento se espera que el desperdicio se incremente.
En Reino Unido, FareShare, ONG que recibe excedentes de alimentos para la caridad, reportó que ha recibido el doble de donaciones: de 350 toneladas semanales a 711 toneladas.
Se estima que EU desperdicia 40% de sus alimentos anuales, 63 millones de toneladas. Frank Franciosi, del Consejo de Compostaje dijo que "la recolección municipal de desechos de alimentos aumentó”, mencionó ciudades como San Francisco y Nueva York.
En la industria láctea, los cierres de restaurantes y escuelas han dejado a los productores 10% de la leche y la han tenido que tirar, según The Wall Street Journal.
Según Daily Mirror, hay temor en Reino Unido de que el desperdicio pueda disparar la afluencia de ratas, las cuales ya pueden verse en horas inusuales. [nota_relacionada id=964714]
Por Israel López Gutiérrez
eadp