Con el objetivo de conocer mejor el universo, sus orígenes, e identificar señales de vida inteligente fuera de la Tierra, el radiotelescopio más grande del mundo será inaugurado en enero próximo, en territorio chino.
Su nombre oficial es Radiotelescopio de Apertura Esférica de Quinientos Metros, FAST; tiene un diámetro de medio kilómetro, que forma un disco parabólico extenso, tanto como 30 campos de futbol, y es significativamente importante para llevar adelante la innovación científica.
Es tan grande que se necesitan 20 minutos para darle la vuelta, y es además 2.5 veces más sensible que la derrumbada instalación de Arecibo –infraestructura estadounidense colocada en Puerto Rico–, construida entre 2011 y 2016.
El FAST se encuentra en Pingtang, en la provincia de Gizhou; para su instalación, las autoridades ordenaron el desalojo de las aldeas en cinco kilómetros a la redonda, en las que habitaban unas nueve mil personas, esto con el fin de garantizar el mayor aislamiento posible, y que su funcionamiento no se vea alterado por señales de Wifi, smartphones, ordenadores o la televisión.
Su misión es principalmente para captar señales de radio emitidas por cuerpos celestes, en especial púlsares, estrellas muertas que giran sobre sí mismas, informó el periódico español El País.
Este radiotelescopio comenzó a desarrollarse en la década de los 90. Pero fue hasta 2016 cuando realizó sus primeras pruebas operativas, y en un reciente anuncio, el gobierno chino informó que ya está completamente funcional y disponible para los astrónomos de todo el mundo, indicó la agencia oficial Xinhua.
Según los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China, el FAST ha identificado más de 240 púlsares, estrellas de neutrones que giran rápidamente y que emiten cierta radiación periódicamente y de forma regular.
El FAST tiene un gran potencial para detectar ráfagas rápidas de radio y ondas gravitacionales, proporcionando soporte de datos para la investigación del proceso físico del Big Bang.
Por Sayuri López